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En la guerra fratricida que agobia a nuestro país desde hace años, hemos pasado de las tanquetas militares en las calles a los “abrazos, no balazos” y ahora a la “Jornada de oración por la paz”. La violencia y la inseguridad le han costado la vida a más de *125mil personas, en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador (*TResearch)

Como dicen las abuelas, los delincuentes ya “no tienen temor de Dios”. Durante este gobierno han asesinado a siete sacerdotes. La Unidad de Investigaciones Especiales del Centro Católico Multimedial, también consigna que otros cinco curas han sido víctimas de agresiones en la administración actual.

Tampoco son ajenos a la extorsión. El arzobispo de Guadalajara, Jalisco, cardenal José Francisco Robles Ortega, dijo que, para poder celebrar la fiesta patronal, tienen que obtener el permiso del encargado de la plaza y darle el 50% de lo recaudado. La deleznable practica se replica en todas las iglesias del país. Los criminales les piden “cooperación” a los sacerdotes para darles seguridad.

La ausencia del Estado de Derecho alcanzó al poder fáctico representado por la Iglesia Católica.  Los reclamos se intensificaron tras el asesinato de los dos curas en la comunidad de Urique de la Sierra Tarahumara, en Chihuahua. La comunidad Jesuita, advirtió fuerte y claro: “los abrazos ya no alcanzan para cubrir los balazos”.

Los rectores de universidades jesuitas advirtieron que en México se vive un Estado fallido y una crisis de seguridad, y llamaron a los ciudadanos a generar presión y exigir un alto a la violencia.

Ramón Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) calificó la consigna “abrazos no balazos” de López Obrador como una “demagogia y complicidad” con el crimen organizado. Monseñor exhortó a los tres niveles de gobierno a cumplir con su responsabilidad en pro de la paz y seguridad social.

Como respuesta, desde Palacio Nacional, el primer mandatario tachó de “antirreligioso” y “anticristiano” a dichos exhortos, al considerar que éstos apuntarían a instruir a las Fuerzas Armadas para enfrentar a los grupos delincuenciales. López Obrador argumentó: “No puede un sacerdote, un obispo (o) un pastor decir que se tiene que resolver la violencia con la violencia… Es antirreligioso todo lo que tiene que ver con la violencia y, en especial, es anticristiano; teológicamente hablando”.

Sin embargo, Monseñor Castro, le recordó: “Ustedes que tienen la fuerza del estado, para eso están, es su obligación. Es parte esencial de las autoridades proveer de paz y justicia al país” Además le pidió no centrar su discurso en el pasado y hacerse responsable del presente.

El intercambio escaló y López Obrador acusó a los religiosos de “hipócritas”, de estar “apergollados por la oligarquía”. Incluso preguntó “¿Qué quieren los sacerdotes?

El domingo pasado le respondieron. La Iglesia católica de México inició la movilización de sus fieles para exigir al Gobierno una nueva estrategia de seguridad para frenar la ola de violencia que afecta al país. Durante los próximos 10 días, se oficiarán misas en todo el país por los sacerdotes asesinados y todas las víctimas.

El desafío de la Iglesia Católica no es menor, representan a un grupo importante de la población, 77% de los mexicanos se considera católico, según el Inegi. Es una institución muy fuerte, con influencia y presencia en diversos sectores sociales y políticos. Un actor de contención o promoción electoral.

Basta recordar su participación en las tres guerras civiles más importantes de México: la de Reforma con Juárez, la invasión francesa y la Cristera, para poder tener una mejor comprensión de la profunda y compleja relación entre Iglesia y Estado, sociedad y religión.

¿Por qué jugar con fuego en el gobierno de la Transformación?  Una confrontación entre la Iglesia y el Estado traería niveles de inestabilidad social que seguramente no han dimensionado en Palacio Nacional.

Mejor sería aceptar la propuesta del diálogo y escuchar a las víctimas; un acto de cordura política con visión de Estado por el bien del país. Como dijo el Papa Francisco: “la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”.

Vericuentos

El rap de Monreal

Sin duda, el presidente de la Jucopo en el Senado, Ricardo Monreal anda inspirado, ahora lanzó su rap, con el que busca musicalizar su campaña presidencial. En un fragmento manda el mensaje: “El futuro abanderado, sin ser nunca mencionado, aunque todos me conozcan por las reformas de AMLO. Soy ajeno a la traición, yo nunca me he rajado, sigo invicto en cada elección en la que he participado”. ¿Será? Por lo pronto, le organizaron en la plaza de toros del restaurante Arroyo el evento “reconciliación por México”, no crea que fue un acto de campaña, no, dijo que fue privado, pero acudieron cientos de personas a gritarle “¡Presidente!” ¡Sopas!

Polleros millonarios