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A la inflación algunos economistas le llaman el impuesto de los pobres, por el efecto dañino en las familias menos favorecidas.

Esa argumentación se desprende  por la evidencia que son precisamente las familias más pobres las que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la compra de alimentos y artículos de primera necesidad, además que en una carrera los salarios nunca le ganan a la subida de precios.

A esa condición económica de siempre añada que lamentablemente durante la pandemia el número de familias con pobreza alimentaria ha crecido, es decir cada vez existen más familias que con lo que ganan no les alcanza para la compra.

Por lo pronto, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) que preside Cuauhtémoc Rivera y que agrupa a buena parte del comercio minorista dice que el elevado costo energético, prohibiciones comerciales, restricciones y factores climáticos, sumado a la mayor demanda de alimentos producto de la crisis sanitaria son el coctel perfecto para recibir el segundo semestre del año con notables alzas de precios que continúan debilitando el poder adquisitivo de las familias mexicanas.

Hasta la primera quincena de junio el INEGI reportó una inflación de 6.02 por ciento que confirma los sondeos de mercado que mes a mes realiza ANPEC, y unque se ha dicho hasta el cansancio que en este gobierno no existe los gasolinazos el alza en energético inició la espiral inflacionaria.

En el último año las gasolinas han aumentado el 22 por ciento; gas LP 30 por ciento; la energía eléctrica 12 por ciento, factores que impactan los costos de producción y suministro.

Rivera añade que los precios más altos de granos como el maíz ha incido en precios claves como la tortilla, pero también los precios de los cárnicos se han disparado: la carne de cerdo 15 por ciento, el pollo 30 por ciento y la carne de res 11 por ciento, lo que se complica aún más con las sequias que afectan al 80 por ciento del territorio nacional.

Pero la pregunta que se hace Rivera, y por supuesto muchos economistas serios, es si Banco de México tendrá que subir más su tasa de interés para bajar la inflación, un escenario que hasta la semana pasada negó el subgobernador Gerardo Esquivel quien dijo que el mercado ha sobre reaccionado. ¿Será?

La ruta del dinero

La constructora OHL llega a su 110 aniversario como una empresa global que si bien vivió momentos difíciles en varios mercados por sus obras públicas en Latinoamérica, incluyendo México con el negocio de las concesiones, hoy es una firma con fuerte presencia  en mercados como Estados Unidos que le aporta casi el 25 por ciento de su cartera que rebasa los 6 ml millones de dólares. En nuestro país OHL se dedicada exclusivamente a la construcción, y recientemente participó en la Línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara, el tramo 1 del tren México-Toluca, y diseño y construcción de la Central Eléctrica de ciclo combinado Empalme I en Sonora, entre otras obras. Sus nuevos dueños los mexicanos Luis y Mauricio Amodio quienesdesde hace un año compraron la compañía para disminuir su deuda en 130 millones de dólares, y darle un nuevo giro para iniciar una nueva etapa en el sector de la infraestructura.