El gobierno del presidente López Obrador, se ha caracterizado desde su campaña en el apoyo a la gente más necesitada. A través de la creación de instituciones y mecanismo sumamente prácticos, se hacen llegar directamente apoyos económicos a millones de personas.
Ahora, la población pareciera tener diferentes matices, aquellos que recibiendo un beneficio de gobierno, se sienten contentos; otra parte que no encuentra la activación de la economía para generar ingresos y los calificados por el presidente como “neoliberales”, que se mantienen en la expectativa, para comprobar si estos programas presidenciales darán resultado.
Por lo pronto, la semana pasada, Alfonso Romo se convierte en el Coordinador del Gabinete Económico. Objetivo, buscar la forma de activar la economía del país.
Esto quiere decir, que si se logra la encomienda presidencial con está nueva coordinación, Alfonso Romo pasará ser el héroe de la película económica de nuestro país.
Ahora, en la lógica de está misión de activación económica, falta invertir recursos, muchos de ellos se encuentran en trabajos sociales, la construcción de obra pública como el nuevo aeropuerto, hospitales y próximamente sucursales del Banco del Bienestar, pero en manos del ejercito, institución incorruptible y de costo incluido en sus labores. Así, que tanto constructoras de gran calibre, como aquellas medianas y pequeñas, no han podido participar en muchos de estos trabajos, que por sí solo crean un flujo económico, no solo en obra, sino en muchos trabajos indirectos a su alrededor.
Esperemos que pronto se vean resultados, ya que dentro del Plan de Desarrollo Económico, la economía deberá crecer un 4% en promedio en el sexenio, ya con un año en contra.
Pareciera que el T-MEC, es pieza importante para el logro de etas metas, pero no se puede esperar, así que se deberá actuar al interior del país para lograrlo.
Mientras la economía busca un cause positivo en el país, sigamos esperando la rifa del avión presidencial, que no será rifa.
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