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En los tiempos del coronavirus, México registra un ambiente de incertidumbre; pasamos del “Vamos requetebién” y el pueblo está “feliz, feliz” al ¡ay, nanita! El choque entre empresarios y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en plena recesión mundial, coloca a la economía del país al filo de la bancarrota.

López Obrador dijo que la emergencia sanitaria provocada por la Covid-19 le viene “como anillo al dedo” porque le servirá para fortalecer a la 4T. Sin embargo, se desconoce la estrategia para evitar que la crisis por la emergencia sanitaria transforme el anillo en soga y terminemos asfixiados.

Las cuentas no cuadran. Pasamos de la promesa de crecer al 4% anual, a una caída de -0.1% en 2019. De “empleo para todos” a una generación paupérrima de 342 mil puestos formales (2019), la cifra más baja desde 2009 (IMSS) y un subejercicio superior a 232 mil millones de pesos el año pasado, como informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

A esto hay que agregar ahora, el efecto que tendrá el coronavirus en la economía mundial y en el impacto que ya se registra en México, con 346 mil 878 empleos perdidos del 13 de marzo al 6 de abril (STPS) y en el sector turístico una pérdida de más de 240 mil millones de pesos (Concanaco).

En México, el turismo aporta 10% por ciento del Producto Interno Bruto  y genera alrededor de nueve millones de empleos, los cuales se verán en riesgo como consecuencia de la parálisis del ramo por la pandemia de Covid-19.

Es muy pronto para saber de qué tamaño será la desaceleración, pero, de que habrá, habrá. De ahí la urgencia de que empresarios y gobierno alcancen un acuerdo para reactivar la economía y evitar la bancarrota de las finanzas nacionales.

No son tiempos de mezquindades o venganzas políticas, la #4T, necesita a los dueños del capital para sus proyectos políticos, como la asistencia a los pobres. Disminuirlos sólo representará menos ingresos para la hacienda pública. Aquí, #YoTengoOtrosDatos.

La caída de la inversión bruta fija de casi 9% anual en 2019, confirma que los empresarios pueden sacarse muchas fotos con el Presidente y anunciar grandes acuerdos conjuntos, pero, en la práctica, no están arriesgando su dinero en nuevas líneas de producción y/o servicios en el país.

Muestra de ello, el desplome en 2019, de 6.9% en la industria de la construcción, la peor en 18 años. La cámara mexicana del ramo, alertó que si la Secretaría de la Defensa Nacional continúa expandiendo su participación en obras de infraestructura desaparecerán micros y pequeñas empresas ligadas al sector.

Otros afectados por la debilidad del mercado interno mexicano son los de la división automotriz, pues las cifras al cierre del 2019 registran una reducción en la venta de automóviles y camiones ligeros de 10.45 y 3.45%, respectivamente.

 Esta industria cuenta con un millón de empleos de los que dependen más de 3.6 millones de mexicanos y que aporta 3.8 por ciento del PIB Nacional.

Otros damnificados son los integrantes de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) donde se estiman  pérdidas por  5.3 mil millones de dólares.

Peter Cerdá, vicepresidente regional para las Américas de IATA, advirtió que 534 mil empleos se encuentran en riesgo, de los cuales 97 mil son directos y 437 mil indirectos.

La IATA exigió apoyos del gobierno federal, pues las empresas del sector están en riesgo. Cerdá, reveló que envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitar apoyos a las aerolíneas, sin embargo, hasta hoy no se recibido ninguna respuesta. 

Ni los ven, ni los oyen Palacio Nacional. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) reiteró que, sin un programa de rescate gubernamental, el panorama es tener una contracción de la economía de entre 7% y 10%, así como de 800 mil a un millón de desempleados.

Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, dijo que se puede llegar hasta a un millón 400 mil plazas eliminadas considerando que por cada punto porcentual de contracción económica se pierden 200 mil empleos.

Así las cosas, urge dejar la polarización y el juego de vencidas. Deben instrumentarse ya los programas de ayuda financiera y apoyos fiscales por parte del gobierno a las empresas para proteger la planta productiva y el empleo, siguiendo el ejemplo de otros países industrializados.

No hacerlo, generaría una pérdida masiva de empleos y el incremento de la pobreza. El mundo lo tiene claro y lo entiende. El gobierno de México, no. La Covid-19 nos afecta física y financieramente. Llegamos tarde para atender la contingencia sanitaria; evitemos llegar tarde a la financiera para salvar a millones de personas de caer en una peor desgracia. Llegó la hora de asumir responsabilidades y no de repartir culpas.

@guillegomora