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En la industria aseguradora no dejo buen sabor de boca cómo se licitaron las pólizas de daños y la eventualidad de interrupción de actividades del Aeropuerto Internacional Felipe Angeles (AIFA) que está a días de iniciar operaciones.

Como es público las autoridades federales entregaron el contrato que protege al AIFA a Grupo Mexicano de Seguros (GMX) y que tuvo un costo de 161.5 millones de pesos.

Curiosamente GMX es la misma firma que lleva el riego del Sistema Colectivo de Transporte Metro, y que ha estado en el expediente del derrumbe de una parte de la Línea 12.

La cobertura del seguro contratado incluye riesgos como incendios, inundaciones, terremotos, erupciones volcánicas, terrorismo, sabotaje e incluso robo de vehículos entre otras coberturas.

El caso es que desde el arranque de la construcción de la nueva terminal aérea ubicada en San Lucia, Estado de México causó extrañeza que no se contratara ninguna póliza, lo que no suele ocurrir con obras públicas de gran magnitud.

Pues bien, en el sector segurador causó sorpresa en la licitación del AIFA una serie de condicionantes que hacen pensar en un concurso con dedicatoria, como fue incluir una póliza de errores y omisiones por 50 millones de dólares que no tienen todos los intermediarios.

También se pidió a las empresas interesadas haber intermediado primas netas en 2021 en riesgos de tipo aeroportuario por 120 millones de pesos.

Ya en la recta final solo quedó GMX aunque había al menos tres aseguradoras que por capital y experiencia en el tema del seguro y el reaserguro habrían licitado, pero al conocerse las condicionantes no pudieron participar.

Se trata de una póliza por un año donde el contrato se dividió en dos parte, una destinada a la póliza integran por daños en las instalaciones, y otra póliza en la parte de responsabilidad civil general que protege los activos lo mismo de los propietarios como de los usuarios de la terminal aérea.

La pregunta que hacen las aseguradoras es si esa misma mecánica para licitar       

se replicará en la contratación de pólizas de daños de la Refinería de Dos Bocas ó el Tren Maya.

 La ruta del dinero

Como es público hoy termina en San Lázaro el Parlamento Abierto para discutir la Reforma Eléctrica enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trató de un ejercicio que en muchos momentos se convirtió en un diálogo de sordos donde de parte de los legisladores privó el discurso ideológico. En ese contexto llamó la atención a algunos que las empresas decidieran abstenerse de participar, y aprovecharon la representatividad de cámaras y asociaciones que fueron muy claras al decir que si quiere debatir contratos específicos de cada empresa el camino no es una Reforma Constitucional.  Y bueno añadieron que si lo que estará a debate en el Congreso es mejorar el sistema eléctrico nacional entonces deben hacerse propuestas integrales donde gobierno, empresas y expertos favorezcan los aspectos técnicos, y no los políticos.