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Qué curioso, ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador pide en su gustadísimo “stand-up” mañanero, algo que nunca ha querido dar. Se nota que al tabasqueño le molestó muchísimo que la candidata de la alianza “Fuerza y Corazón por México”. Xóchitl Gálvez iniciara sus propias mañaneras de la verdad. Desde el tono de voz se le notó al de Tepetitán el enojo, sobre todo cuando dijo aquello de que:

“Ya hasta una candidata va a hacer una mañanera. Aprovecho para decirle a la candidata que no vaya ser que sólo se dedique a atacarnos, que nos diga que es lo que propone, cómo enfrentar a la dictadura de Andrés Manuel».

Cómo puede verse, el presidente quiso ser sarcástico pero de plano no le salió. Vale la pena recordarle que no es él el dueño de las mañaneras, ejercicio que por cierto lo llevó a acabar con la Agencia Mexicana de Noticias, NOTIMEX, porque como se recordará, dijo que con su “stand-up” mañanero era suficiente.

“Se está llegando a un acuerdo porque la verdad ya nosotros no necesitamos una agencia de noticias en el Gobierno… eso era de la época de los boletines, de la prensa oficial y oficiosa, ya no hay eso… ”, señaló hace casi un año y de esto bien puede desprenderse que el tabasqueño quiere, antes de dejar Palacio Nacional, imponer su verdad como la única; más bien autoritarismo.

Asimismo, el inquilino de Palacio Nacional no tiene la autoridad moral de pedir que no lo ataquen cuando él, prácticamente todas las mañanas se la pasa bombardeando cuando no es al Poder Judicial, a los organismos autónomos; a sus adversarios y a los periodistas que no están de acuerdo con él.

Para muestra está el enfrentamiento que tuvo ayer en su gustadísimo “stand-up” mañanero con Jorge Ramos, que no es la primera vez que visita Palacio Nacional para poner en jaque a su inquilino, sobre las cifras de la inseguridad galopante que hay en México, que van creciendo y con ello, esta errada y llamada cuarta transformación ha establecido un récord, por más que López Obrador intente ocultar los muertos y desaparecidos debajo de la alfombra de Palacio Nacional, mientras que la “pirotecnia”, como le llama el Ejecutivo a las masacres que se registran a diario en el país, sigue al alza y el presidente insistía que hay menos de dos homicidios diarios en el país, cuando, de acuerdo a los especialistas, ni dio la referencia del cálculo y esa tampoco es una cifra que le permita decir que México es un país pacífico.

Por alrededor de media hora y carente de argumentos, López Obrador, ya no sabía de qué echar mano y ante lo que le plantó en la cara el periodista Jorge Ramos, en el sentido de que esta errada y llamada cuarta transformación no ha sabido proteger a la sociedad mexicana, aceptó que en México, hay 190 mil muertos por homicidios dolosos durante su gobierno, pero quiso defenderse alegando que si de muertes se trata, “la principal causa demuerte en México son los infartos”, mientras que los homicidios se encuentran en el octavo lugar. No, pues sí,

Lamentable también resulta que el inquilino de Palacio Nacional en un enésimo intento por defenderse y “curarse en salud”, haya espetado a Ramos diciéndole que informara sobre las cifras de muertes de jóvenes por consumo de fentanilo en Estados Unidos, olvidando que ese no era el centro del intercambio. Por segunda ocasión, Jorge Ramos acorraló a López Obrador pero además, solo el presidente se entrampó y ya no hallaba para dónde voltear, al ocurrírsele defender a su hijo Gonzalo López Beltrán de la exhibida que le dio Carlos Loret de Mola sobre el tráfico de influencias que presuntamente ha ejercido el más silencioso de los hijos del presidente, que por lo visto, tiene la “cola muy larga”.

MUNICIONES

*** El ridículo o de qué otra forma puede llamarse lo que hicieron ayer en conferencia de prensa la flamante secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde y el no menos flamante vocero Jesús Ramírez Cuevas y Carlos Emilio Calderón, responsable de redes digitales de la Presidencia por la filtración de datos personales de 263 periodistas. “Ya se notificó al medio y se notificó al periodista”, aseveró Ramírez Cuevas y recibió por respuesta un largo “¡nooo!” por parte de los representantes de los medios que asistieron. Se supone que el responsable fue un exempleado. Lo cierto es que estamos ante la vulnerabilidad de datos que, ¿habrá propiciado esta errada y llamada cuarta transformación? Porque el presidente acusó a la oposición de este “hackeo”. Respecto a este tema, Xóchitl Gálvez explicó que esta errada y llamada cuarta transformación ha reducido el gasto en ciber seguridad en nombre de una mal entendida austeridad.

*** El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, muy contento anunció que justo hoy, se reabre la Línea 12 del Metro, sí aquella en la que ocurrió una de las mayores desgracias que dejó un saldo de 26 muertos. El jefe del gobierno capitalino supone que con esta reinauguración, lava la imagen ni más ni menos que de la candidata presidencial de Morena. “Se acaba el boleto y se reabre la Línea 12 del Metro”, dijo Martí Batres, pero no faltan los que opinan que no debería de mostrarse tan optimista ya que a diario se registran descomposturas y hasta atentados con aspas de lavadora en todas las ramas del Sistema de Transporte Colectivo y todo, por la ineficiencia del gobierno de la Ciudad de México. Mucho se ha consignado en este espacio que el Metro afectará electoralmente a Claudia Sheinbaum, por sus evidentes responsabilidades. Si no, al tiempo.

*** El coordinador parlamentario de Morena en el Senado de la República, Eduardo Ramírez Aguilar, anunció por las redes sociales que mañana arrancará la plenaria de su fracción donde esperan construir una agenda legislativa en beneficio del pueblo de México. ¿Será? Eso sí, tendrán invitados de primer nivel, empezando por su abanderada, la señora Sheinbaum de Tarriba; la titular de la Segob, Luisa María Alcalde; la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; la Secretaría del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; y el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón.