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Cerraron las campañas y ahora iniciaron las intercampañas, una etapa que ni siquiera quienes están involucrados entienden bien a bien. Lo que espera es el primer día de marzo cuando arranquen las campañas y se dice que esa modorra que ha caracterizado a las etapas previas, se despejará.

Sin embargo y así como para “amarrarse el dedo”, de inmediato el presidente Andrés Manuel López Obrador, se dio a la tarea de seguir con su labor de jefe de campaña de Claudia Sheinbaum. Desde Durango, el tabasqueño dijo:

«Les adelanto, estoy contento, se los digo de corazón de manera sincera, porque está asegurado el futuro de la transformación».

Ante los gritos que le pedìan “reelección”, el de Tepetitán respondió: “Me voy a jubilar, me voy, pero quien se va a quedar es igual y posiblemente mejor que el que les está hablando”.  

El anterior, es un anuncio adelantadísimo por parte del inquilino de Palacio Nacional de la victoria que supone que obtendrá su “corcholata” favorita el próximo 2 de junio.

En medio de todo ese clima electoral, los ecos de las reformas constitucionales que presentará López Orador el 5 de febrero siguen resonando, lo que obliga especialmente a la oposición a manifestar su postura.

Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente del CEN del PRI, señaló vía comunicado que “con su anunciada extinción de los organismos constitucionales autónomos, la intención de Morena es regresar a México al porfiriato, cuando el poder era absoluto, no tenía ningún freno ni contrapeso y sólo la voz de un hombre se escuchaba, pero eso ya no es posible».

Contundente, el dirigente tricolor definió la labor del Revolucionario Institucional en el Congreso de la Unión: “en el PRI no permitiremos que sean aprobadas esas reformas retrógradas, mañosas y malintencionadas, pero, sobre todo, porque la ciudadanía no dejará que persona alguna le quite derechos y las garantías para defenderse”. 

Así como lo estimó Alito Moreno, ante este paquete de reformas es más bien un paquete de ocurrencias y una de las más graves su propuesta de reforma consttitucional para quitar autonomía a órganos como el INAI, Banco de México e Inegi, sino incluso a las propias universidades públicas del País y añadió: «No podríamos entender los avances en materia social y democrática en México si no fuera por los organismos constitucionales autónomos, que han permitido tomar decisiones en beneficio general y seguir criterios técnicos y objetivos, en lugar de creencias y supercherías».

Algo que bien sabe que el inquilino de Palacio Nacional y en lo que el líder nacional del PRI confía, es que una mayoría importante de mexicanos no respalde en las urnas a Morena y rémoras, tanto para la Presidencia de la República como a otros cargos legislativos.  Ojo, lo muy importante es que el oficialismo no consigna la mayoría para hacer cambios constitucionales.

Y para cerrar con broche de oro, en otro tema, la flamante precandidata morenista, Claudia Sheinbaum, rindió protesta como candidata presidencial de la alianza “Juntos Seguiremos haciendo historia, que conforman Morena, PVEM y PT. Esta vez, la morenista no se peleó con Alfonso Durazo, al contrario, lo tuvo muy cerca, pero no dejó de llamar la atención la ausencia de Marcelo Ebrard y que corriera por el cónclave del oficialismo, que el equipo de la señora Sheinbaum de Tarriba no lo ha tomado en cuenta respecto a qué posición va a tener en el gabinete, en el caso de que ella alcance el triunfo, o si llegará al Senado de la República para coordinar a la bancada de Morena, algo que rechazan de manera contundente los duros del partido guinda.

De hecho, a lo que principalmente se refirió la abanderada morenista en su discurso, fue precisamente lo referente a las candidaturas a cargos de elección popular y por eso dijo que “lo más importe ahora es la unidad, no las candidaturas”, ya que éstas serán definidas por medio de las encuestas, ejercicio en el que no habrá favoritismos. Esto es algo sumamente difícil de creer pues desde hace tiempo están “palomeadas” en Palacio Nacional.

Además, Sheinbaum pidió a la militancia de su partido no apostar la división y subrayó, «estamos unidos hasta que las encuestas nos separe». Más bien debería decir algo más o menos como, estamos divididos desde el “palomeo” de Palacio Nacional

MUNICIONES

*** No cabe duda que la autodenominada “ministra del pueblo”, Lenia Batres, le hace a pie juntillas el juego a López Obrador en eso de hacer anuncios populistas en plena época electoral con tal de ganarse el voto de sus seguidores, léase, el “pueblo sabio y bueno”. Resulta que la recién llegada ministra a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, (SCJN), el viernes pasado, devolvió a la Tesorería de la Federación el importe de 82 mil 963 pesos producto de las remuneraciones recibidas de un mes. Esperando ganarse una “palmadita” en el hombro de parte de su jefe, lo que para ella será suficiente, por las “exbenditas redes sociales”, hizo el anuncio que le permite no ganar más que el jefe del Ejecutivo. Como se recordará, la distinguidísima ministra Batres, intentó hacer esto de reducirse el sueldo en el máximo Tribunal de la Nación, lo que puso al descubierto su profunda ignorancia, por lo que la mismísima Corte le tuvo que explicar con “palitos y bolitas” para que entendiera,  que el salario está asociado a una plaza no a una persona, por lo que ya era cosa de la hermana del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, reintegrar a la Tesorería de la Federación, los recursos que considerara pertinentes.

*** Y tal pareciera que Batres Guadarrama marcó la pauta, pero no, más bien hizo eco para que su jefe, desde Zacatecas, uno de los estados más azolados por la inseguridad y la delincuencia organizada, reiteró que “ahora los Ministros están ganando cuatro veces más que lo que lo que yo obtengo, porque cuando llegué y para predicar con el ejemplo reduje mi sueldo”,  por lo que trabaja en una reforma para que ningún funcionario perciba un sueldo mayor al que gana él. Más populismo para atraer el voto.

*** Y ya en esto de la Suprema Corte, quien le dejó su lugar a la “ministra del pueblo”, Arturo Zaldívar, pasó tremenda vergüenza y descolón justo el día que Claudia Sheinbaum  cerró precampaña en el Monumento a la Revolución. Perfectamente quedó registrado por las redes, el momento en el que muy sumiso y hasta humilde, el exministro le pide al dirigente de Morena, Mario Martín Delgado, que lo deje subir al presídium y si se pudiera, que le permitiera hacer uso de la palabra, a lo que Delgado Carrillo se niega. Intenta “dorarle la píldora” a Zaldívar, pero como trae mucha prisa y poca paciencia, termina por irse. No tendría de qué quejarse el exministro de la SCJN, pue tenía muy buen lugar, en la primera fila del evento.

morcora@gmail.com