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Como usted debe estar enterado ya, durante el tiempo que ha durado la pandemia del covid-19, su país ha reportado, hasta la semana pasada, la cifra de tres millones 38 mil 325 contagiados de los que el 47.7 por ciento falleció, un millón 449 mil 281 en cifras redondas de enero al viernes pasado.

                            Toda comparación resulta molesta, aun cuando es necesaria; por ello le quiero recordar que en la guerra de Vietnam que oficialmente duró de1955 a 1975, la intervención formal de Estados Unidos ocurrió en agosto de 1964, aunque bien sabemos que su asesoría duró mucho más.

                            Le voy a transcribir, presidente, los primeros párrafos de un reportaje que el primer día de abril pasado publicó la revista de su país BBC News World con el título Coronavirus: cómo Estados Unidos se convirtió en el nuevo centro de la pandemia del covid-19:

                            “Un día después de que Estados Unidos confirmara su primer caso de coronavirus, el pasado mes de enero, el presidente Donald Trump aseguro desde el Foro de Davos que la situación estaba controlada.

                            “‘Es solo una persona que vino de China y lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien’, afirmó en una entrevista con el canal estadunidense CNBC.

                            “Pasaron los días y pese a las denuncias de inacción de expertos y críticos del gobierno, Trump insistía en que el virus iba a desaparecer como si se tratase de un milagro.

                            “‘El riesgo para los estadunidenses sigue siendo muy bajo. Cuando tienes 15 personas… en un par de días va a bajar y acercarse a cero. Es muy buen trabajo el que hemos hecho’, defendió Tump el 26 de enero.

                            “No había pasado un mes y medio de aquello cuando la primera potencia mundial ya se había convertido en el nuevo epicentro mundial de la pandemia de covid-19…”

                            Si fue alguno de sus consejeros quien le sugirió afirmar esa barbaridad, espero que lo haya despedido y denunciado ante la ley por convertir a su país en el sitio de mayor incidencia mortal del coronavirus con un aproximado que habría excedido ya el millón y medio de fallecimientos

                            Ciertamente iban a ser muchos los casos mortales en su país, presidente, sin posibilidad de acabar con el virus y frenar la tragedia en alguna medida, pero de haber entendido usted el peligro en que se encontraban sus compatriotas, pudo haberse logrado una disminución de la dramática cifra que he consignado.

                            Si de mucho tiempo a la fecha saben sus compatriotas (el mundo entero se fue enterando años después) que es usted un psicópata agravado y por eso mismo un obcecado irredento, no se sabe qué locura les provocó durante la campaña presidencial que los llevó a la inmensa estupidez de hacerlo presidente y hoy, hasta el presidente de mi país fue ya a visitarlo y a convertirse  cómplice de su reelección que, esperemos, no llegue a suceder. Pero en esas estamos, don Donald, el resto inmenso de los mexicanos, hoy apestados por casi todo el resto del planeta.

                            Dios nos guarde y convenza al mundo de que solo uno de nosotros, más un grupo mínimo de sus empleados, cometió ese atentado de lesa humanidad…                

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