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Es muy ocioso especular en torno a la eventualidad de que el PRI haya llegado a su final. Todavía respira. Gobierna dos importantes entidades de la federación, Durango y Coahuila.  Dos barcos de salvación a los que se aferrará como náufrago desesperado.

Y no hay que olvidar que el partidazo, otrora la aplanadora, es como el Ave Fénix: ha revivido de las cenizas, como ocurrió en el 2012 a base de tarjetazos hinchados de dinero y multimillonarios apoyos en millones de dólares de corruptísimas empresas extranjeras como la brasileña del empresario Marcelo Odebrecht.

La mayoría de los lectores de periódicos y de redes sociales conoce el asunto de los millonarios dineros que hicieron resurgir de las cenizas al PRI después de haberle pasado la estafeta, obligado por las circunstancias y su diabólica actuación en los sexenios Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León. El ex director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya aún está encarcelado por ser el intermediario de la corrupción para hacer que Enrique Peña se impusiera a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de aquel año.

Pero nadie puede cantar victoria. El PRI sigue vivo. Inclusive hará hasta lo imposible por estar pendiente de lo que la profesora Delfina Gómez Álvarez haga o deshaga, y no haga durante los venideros seis años de gobierno morenista. Los priistas estarán al tanto de todos los movimientos de la lopezobradorista que, a su vez, tendrá que ir con tiento, con sumo cuidado, recordando la máxima de que prometer no empobrece; que dar es lo que aniquila.

Durango y Coahuila serán, en los próximos seis años, los paradigmas del priismo. No hay que olvidar que el PRI es la derecha “revolucionaria”, la derecha porfirista, la que siembra tejas, tinacos, despensas, sándwiches y boings, tarjetas bancarias con una atractiva cantidad de dinero, a cambio de cosechar votos.

Es más fácil que el PAN y el PRD hayan llegado a su límite de vida. El PRD por supuesto que ya no tiene nada que hacer en este mundo. Los Chuchos llegaron a su nivel de incompetencia y ya no tendrán la estructura necesaria para continuar siendo objeto de la generosidad del sistema que a través de las prerrogativas y dineros del INE los mantenga adinerados.

El PAN. Al PAN no le queda más que volver los ojos a su pasado y vaya que el pasado puede enseñarles mucho a los cretinos actuales dirigentes. Ver a personalidades como su fundador, don Manuel Gómez Morin, el maestro Alejandro Avilés Insunza, respetable periodista y poeta que entregó su vida al servicio de la verdad y jamás entregó su pluma a los mezquinos intereses de la politiquería. Y hubo, pasó por la tribuna de la Cámara de Diputados y el Senado no sólo denunciando al partido oficial, sino proponiendo leyes y reformas legales para beneficio de la sociedad. Jamás pensaron los verdaderos panistas en que algún día llegarían a ser consortes del partido oficial, como lo llegar a ser con Carlos Salinas de Gortari, como su amante violador, con cuya filosofía política del capitalismo salvaje, llamado neoliberalismo, se casaron y superaron al maestro.

Y los miembros de Morena, ahora gobernando creo que 23 entidades federativas, tendrán que gobernar con la ley en la mano, con el espíritu de solidaridad con los pobres, con el apoyo empático con los grupos en peligro como las mujeres, los niños, las comunidades excluidas, los indios, sobre todo los indios y los afromexicanos. Y desterrar de la sociedad mexicana el odio, la discriminación por razas, sexo, religión etc.

Siempre los morenistas muy pendientes de que el cualquier momento el PRI puede resurgir de las cenizas.