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En su Proyecto de Nación, que ha presentado en foros de diversos estados de la República, el senador Ricardo Monreal Ávila sostiene que un Estado democrático moderno debe incluir mecanismos de participación ciudadana pues, la democracia no significa el poder del pueblo, expresión tan confusa que se la puede interpretar en todos los sentidos y hasta para legitimar regímenes autoritarios y represivos.

En los ejes rectores de lo que sería su Proyecto de Nación en caso de llegar a la Presidencia de la República, Monreal dijo que la participación ciudadana significa que la lógica que desciende del Estado hacia el sistema político y luego hacia la sociedad civil es sustituida por una lógica que va de abajo hacia arriba, de la sociedad civil al sistema político y de allí al Estado.

Amplio, muy amplio el documento con el sustento para sus ejes rectores: hoy la estructura de la democracia está sustentada no sólo en la sociedad sino en su participación efectiva.

De hecho, la participación ciudadana, apuntó el senador, tiene múltiples efectos, “sin la oportunidad de participar en la regulación de los asuntos que le interesan a uno, es difícil descubrir las propias necesidades y deseos, llegar a juicios probados, contrastarlos y desarrollar las excelencias mentales de tipo intelectual, práctico y moral. La participación activa para determinar las condiciones de la propia existencia es

el mecanismo fundamental para el cultivo de la razón humana y para el desarrollo:

Ahora bien, participación de la sociedad civil no significa bajo ninguna circunstancia la suplantación del poder público o la desaparición de éste, sino el fortalecimiento de ambos actores gracias a la coordinación surgida del diálogo necesario entre gobernantes y gobernados que se da, entre otras formas, a través de los mecanismos de comunicación e información que deben existir en una democracia, permitiéndole su viabilidad y permanencia.

“Del equilibrio entre el Estado y la sociedad civil depende en gran medida del buen gobierno democrático de cada país y por ende la gobernabilidad de su sistema”.

“No es destruyendo instancias o instituciones como se fortalece el modelo democrático”, indicó.

Para el senador Ricardo Monreal, más sociedad civil no implica menos gobierno, sino mejor gobierno. Más eficaz, eficiente, incluyente. Coordinador de los esfuerzos de todo el conglomerado social. Sociedad y Gobierno deben conformar una sólida red que dé sustento al Estado.

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de integrar mediante un decreto la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) significa darle más poder a las Fuerzas Armadas, lo que nos acerca a un Estado de excepción y amenaza los derechos, las libertades y la democracia, expresó el senador integrante de la Bancada Naranja, Noé Castañón.

Durante la sesión de la Comisión Permanente este miércoles en la sede del Senado de la República, el legislador por Chiapas consideró que mediante este decreto el Presidente, fiel a su costumbre, intenta corromper el orden constitucional, lo que sienta un antecedente peligroso para que cualquier persona pueda violar impunemente la Constitución y pisotear a los Poderes de la Unión. 

Castañón consideró que el Ejecutivo federal ha sido incapaz de construir un legado institucional en materia de seguridad pública, lo que lo ha conducido a renunciar a su obligación de garantizar la paz por lo que, consideró, ésta renuncia tendrá graves costos históricos para México.

“No podemos permitir que mediante decreto presidencial se erosione el poder civil, esto significa atropellar los principios básicos de nuestra democracia y saltarse arbitrariamente al Poder Legislativo. Es fundamental entender que estas decisiones que pretende tomar el Presidente de la República tendrán consecuencias institucionales de profunda descomposición y que debilitarán al Estado mexicano al transformar el equilibrio del poder cívico-militar, y al renunciar a la obligación de fortalecer las instituciones de seguridad pública civiles”, señaló.

Y cuestionó: La pregunta que no se ha hecho el Presidente de la República a lo largo de estos cuatro años es: ¿Qué deben de hacer las autoridades civiles de los tres órdenes de gobierno para recuperar la paz?

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el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió en contra de los integrantes de la Iglesia Católica, luego del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, así como de un guía de turistas, Pedro Palma, en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua y por cierto, sobre quien cometió este crimen, José Noriel, alias “el Chueco”, ni sus luces en medio de lo que parece ser la más absoluta impundad o a lo mejor lo andan buscando para prodigarle su buena dosis de abrazos.

En aquella ocasión, el de Tepetitán acusó a los religiosos de “estar apergollados por la oligarquía” y no seguir las enseñanzas del Papa Francisco y todo, porque los primeros se atrevieron a cuestionar la dizque “estrategia” del presidente para combatir la inseguridad. En aquella ocasión, los sacerdotes coincidieron en que los abrazos ya no alcanzaban para tantísimos balazos.

Todavía, el inquilino de Palacio Nacional fue más allá en medio de sus propias contradicciones, asegurando que si hubiera continuado en la dinámica de combatir con violencia al crimen organizado, “el país estaría en completa descomposición ingobernable”. Aquí valdría la pena preguntarle a López Obrador: ¿México no se encuentra entonces en absoluta descomposición ingobernable?, pues qué bien lo disimula esta errada y llamada cuarta transformación.

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El senador José Narro Céspedes afirmó que México necesita un nuevo sindicalismo, que esté dispuesto a caminar por el terreno de las libertades, la democracia y la construcción de una nueva relación obrero-patronal.

 Dijo que el país gana si los trabajadores ganan bien y si se respetan sus derechos sindicales y prestaciones sociales.

 En el foro “Sindicalismo Actual”, donde se lanzó la plataforma “Confederación Joven de México”, el senador de Morena dijo estar convencido que esta organización surgió de la necesidad de renovar y cambiar las viejas prácticas del sindicalismo, para que el trabajador forme parte de una nueva fase de desarrollo que requiere México.

 Enfatizó que hay respeto por la CTM, la CROM y por los sindicatos históricos que han existido en el país, pero “hoy se ven cambios muy importantes en México y ese sindicalismo anterior se quedó atrás”.

 Narro Céspedes enfatizó que el país gana si también ganan bien los trabajadores, se respetan los derechos sindicales o sus prestaciones sociales; además, de que no se puede seguir en una política donde se ofrezcan “salarios pírricos” y que existan grandes ganancias, pero acosta de los trabajadores.

ubaldodiazmartin@hotmail.com

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