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Siendo uno de los más importantes socios de la economía de Estados Unidos, México podría verse contagiado por los graves disturbios por los que pasa la economía de la primera potencia mundial y podría entrar en estanflación, advierte el investigador Jaime del Río Monges, del Instituto Belisario Domínguez, órgano dependiente del Senado de la República.

La desaceleración económica del vecino del norte podría tener consecuencias en México y el reto de la economía mexicana, en este escenario, sería evitar el estancamiento y combatir la inflación.

(La estanflación (Del inglés: stagflation, palabra compuesta a partir de stagnation, estancamiento, e inflation, inflación) indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede. En otras palabras, la estanflación, de acuerdo con Economipedia, es la combinación de inflación y estancamiento económico. Dicho fenómeno une estos dos conceptos que, cuando se producen a la vez, son devastadores para la economía.

En otras palabras, la estanflación surge cuando la economía de un país se encuentra estancada; es decir, no crece y, a la vez, se encarece el costo de vida, motivado por una elevada inflación. Esta combinación provoca el empobrecimiento de la población.

Su origen se remonta al discurso frente a la Cámara de los Comunes que diera en 1965 el, por entonces, ministro de finanzas británico, Ian McLeod. El alto funcionario aseguró que el Reino Unido se encontraba en una especie de “stagflation”, combinando las palabras inflation (inflación) y stagnation (estancamiento).

Del Río Monges advierte: “Ante la posibilidad de una profundización de la desaceleración económica en Estados Unidos, en un contexto de una aún elevada inflación, no podría descartarse que su economía experimente un escenario de estanflación”.

El reporte estudio advierte que el colapso de Sillicon Valley Bank, en marzo de 2023, y su impacto en otros bancos estadounidenses –y de  otros países- ha alertado sobre la posibilidad de un contagio que afecte el sistema financiero mundial. 

Pero principalmente, dada la gran dependencia de la economía de México de la de Estados Unidos, un escenario de estanflación en la economía estadounidense aumentaría la probabilidad de un bajo crecimiento en la economía mexicana y, al poder darse en un contexto de una elevada inflación, podría significar una probabilidad de que también México sea empujado a un escenario de estanflación. 

Pero no todo son dudas, ni preocupaciones. Hay noticias alentadoras como la del comportamiento de la confianza de los consumidores (ICC): En el tercer mes de 2023, y en términos desestacionalizados, el ICC aumentó 0.9 puntos en su comparación anual, de acuerdo con las mediciones del INEGI.

Por otro lado, el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior (IMCPMI) aumentó, en términos reales, en enero pasado, con series desestacionalizadas y a tasa anual, 5.9 por ciento. A su interior, el gasto en bienes de origen importado ascendió 20% y el gasto en bienes y servicios nacionales, 4.2% (el de servicios creció 6.5% y el de bienes, dos por ciento).

También en enero, a tasa anual y con series desestacionalizadas, la Inversión Fija Bruta aumentó 7.1% en términos reales. A su interior, los gastos en Maquinaria y Equipo total se incrementaron 17.7% y en Construcción se redujeron 0.3 por ciento.

En marzo, el Indicador de Confianza Empresarial (ICE),
con cifras desestacionalizadas, creció 0.8 puntos respecto a febrero pasado; el de Servicios privados no financieros, 7.1 puntos; el de Comercio, un punto y el de Construcción, 0.6 puntos.

En el tercer mes de 2023 y en su comparación anual, los ICE registraron el siguiente comportamiento: el de Servicios privados no financieros aumentó 2.1 puntos; el de Industrias manufactureras, 1.2 puntos; el de Comercio disminuyó 5.6 puntos y el de Construcción, 3.1 puntos.