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Como lo han dicho los que han padecido o padecen del corazón, no hay cateterismos “de rutina” y esto pone en evidencia el pésimo manejo que hizo el vocero de la presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas del procedimiento al que se tuvo que someter el pasado viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Hospital Central Militar.

Varias cuestiones no dejaron de sorprender, como por ejemplo, ¿por qué no acudió al INSABI, ya que tanto dice y promete que es un sistema de salud que se perfila para ser como el de Dinamarca? Además, tanto que vocifera el mandatario su inquebrantable vínculo con el pueblo “bueno y sabio”, ¿por qué se cerró un piso del Hospital Militar para que fuera atendido? Y algo más, si se hubiera tratado de una revisión “de rutina”, no habría cancelado la gira que tenía programada a Nayarit, tanto que le gusta al de Tepetitán visitar esas tierras, quién sabe por qué.

El caso es que al día siguiente de su internamiento, el sábado, López Obrador apareció en una grabación para decir, palabras más, palabras menos, que ya estaba listo y dispuesto para seguir gobernando para el pueblo y para el bienestar de la Nación cosa que a la fecha y a mitad del camino, no ha ocurrido.

Lo que no deja de llamar poderosamente la atención, es que el presidente fue internado en el Hospital Militar prácticamente inmediatamente después de la reunión que sostuvo ni más ni menos que con la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jeniffer Granholm, lo cual podría estar indicando que el presidente de México no tuvo tan buenas noticias de parte de la administración Biden, por más que aseguró que el encuentro se había dado en los términos más cordiales, “positivo”, dijo.

Basta con revisar algunos medios internacionales que dieron cuenta de esta reunión y de la preocupación real del gobierno norteamericano específicamente sobre la reforma eléctrica que el tabasqueño está empeñado en sacar adelante con tal de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad a cargo del cuestionado Manuel Bartlett.

Retomando la aparición del presidente López Obrador, las apuestas empezaron a correr inmediatamente entre quienes aseveran que está al cien y quienes lo ven más bien bastante deteriorado, pero apareció para anunciar lo que llamó su “testamento político”, sin embargo, aquí habría que recordarle al de Tepetitán, que como coinciden quienes son abogados y quienes no, un testamento es un acto mediante el cual una persona decide a quien legará sus propiedades, o como dicen los notarios, la masa hereditaria y si tomamos en cuenta que el Ejecutivo solo tiene un par de zapatos, 200 pesos en la cartera y come frijoles y tortillas, -eso sí, vive en un Palacio a costillas del erario-, pues no tendría mucho que heredar.

Pero lo anterior solo es para sus seguidores, que derramaron lágrimas y lágrimas de felicidad al verlo reaparecer; el problema, es que con su “testamento político”, López Obrador intenta decidir el futuro de México, como si el país fuera de su propiedad y eso no puede ser.

Asimismo, si el propio tabasqueño hizo este tan llevado y traído “testamento político”, a lo mejor los médicos que lo atendieron le dieron alguna noticia no tan buena y por eso habló de las probabilidades de morir durante su gestión; de ahí que el documento al que hizo referencia, se supone que “amarraría” la permanencia de esta errada y llamada cuarta transformación “para garantizar la gobernabilidad del país si llegara a fallecer”.

En este sentido, hay que subrayar, por otra parte, que en esta adelantada carrera presidencial, diversos especialistas consideran que en el 2024, Morena continuará en el poder pero, -mucho ojo-, no con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, porque ahí si el partido oficial perdería. Entonces, se comenta de desde ahorita en los corrillos políticos que el indicado sería Marcelo Ebrard, quien hace años y como se recordará, cedió en sus aspiraciones presidenciales hacia el actual mandatario. O sea, se la debe y esto último tiene muy triste y desesperada a la señora Sheinbaum. ¡Qué tal!

MUNICIONES

*** Ante el inicio del nuevo periodo ordinario de sesiones, el reto de Morena y sus aliados, es trabajar en unidad e impulsar un diálogo permanente con las diferentes fuerzas políticas, a fin de construir los acuerdos y consolidar el proyecto para transformar a nuestro país.  Así lo consideró el senador Ricardo Monreal Ávila, en un artículo que publicó en redes sociales sobre el nuevo periodo legislativo, que arranca el próximo 1 de febrero.  El coordinador parlamentario de Morena en la Cámara Alta, reconoció que si bien la transformación impulsada en los primeros tres años de este gobierno está en marcha es necesario consolidarla.  “Poder Legislativo y Poder Ejecutivo, juntos hemos logrado mucho en poco tiempo. Durante este cuarto año de gobierno debemos seguir trabajando así, unidos, con intensidad y sin distracciones para concluir la obra transformadora del Presidente López Obrador”. Asimismo Monreal destacó que la bancada de Morena en el Senado tiene el reto de construir los acuerdos con las diferentes fuerzas políticas, que le permitan aprobar, con las mayorías constitucionales requeridas, reformas como la energética, la electoral y la que propondrá que la Guardia Nacional, una vez que se acredite su funcionamiento, forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Y sobre que su coordinación se estaba tambaleando, tal parece que a quienes le quieren “mover el tapete” al zacatecano, de plano hasta ahorita, les falló la jugada. Es más, uno de los más duros de Morena, el senador César Cravioto, ya dijo que no hay intenciones de remover al senador Monreal de la coordinación.

*** Y en más de las sorpresas que tiene esta llamada y errada cuarta transformación, no deja de provocar cejas levantadas que mientras López Obrador llama a la austeridad, -más bien austericidio-, a los consejeros del Instituto Nacional Electoral, (INE), por otro lado, sus fieles legisladores “echan la casa por la ventana” y el Comité de Administración de la Cámara de Diputados, ya no halla en qué derrochar los dineros; de ahí que afanosos los morenistas como son, buscan la contratación de diversos servicios, la mayoría de éstos personales, y obras por un monto nada depreciable de 53.4 millones de pesos.

morcora@gmail.com