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Ayer, a nivel mundial, fue el Día de la Risa, sin embargo, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, no tuvo muchos motivos para hacerlo. Y es que no es para menos, porque son muchas las angustias que se viven  en Palacio Nacional, ya que su inquilino no dimensiona los muchos conflictos y problemas que se ha acarreado él solo, más lo que se acumule.

También ayer, se cumplió una semana en la que, -como se recordará-, el de Tepetitán se desvaneció, o como él mismo confesó, le dio un vahído, que no es otra cosa más que un desmayo, o como dice el Diccionario de la Real Academia, desvanecimiento o turbación, y su siempre eficiente equipo de trabajo, léase el secretario de Gobernación, Adán Augusto López y el vocero Jesús Ramírez Cuevas, negaron hasta donde pudieron el percance.

Pues bien, producto de justo lo anterior, el presidente López Obrador tomó una serie de decisiones que con el tiempo se verá qué tan adecuadas fueron pero si lo hizo, fue por motivos de salud, según se comenta en los corrillos políticos.

Inicialmente se supone que sería hasta el mes de noviembre, cuando en Morena se daría  a conocer quién será el o la “corcholata” presidencial la que alcance la candidatura del partido oficial, pero el tabasqueño, lo habría adelantado para el mes de agosto, que es cuando se sabrá este importante nombre y de hecho antes, para junio, el dirigente nacional morenista, Mario Martín Delgado, se reunirá con “corcholatas” y “corcholatos”.

Lo interesante de todo esto es que al parecer, en la oposición ya dejaron de “dormirse en sus laureles, a grado tal, que ya se sabría quién será el o la que tenga la misión de enfrentar en el 2024, al candidato oficialista y emergerá, ni más ni menos, que de esas reuniones importantes que tuvieron la coalición “Va por México” con diversas organizaciones civiles, a las que asistieron los aspirantes de los diferentes partidos políticos.

De acuerdo a esta versión, el nombre estaría reservado en el más absoluto hermetismo, para evitar que se filtre cualquier cuestión y además, ya no habrá, como en los inicios del bloque opositor, ninguna diferencia de opinión o reclamos como por ejemplo, aquel que hizo el líder nacional del PRD, Jesús Zambrano.

Se supone que ese o esa aspirante presidencial, cuenta con arraigo, experiencia y no ha estado tan expuesto en la convulsionada palestra política. Ello sin duda, le da un buen cúmulo de posibilidades a la oposición para el 2024, amén de que el cada vez más creciente rechazo al presidente López Obrador, -a diferencia del candidato López Obrador, que sigue gozando de gran popularidad-, se incrementa aún entre sus propios seguidores.

Retomando los problemas que se viven en Palacio Nacional, todo indica que al Ejecutivo no quiere que le ganen los tiempos, no obstante, abre otros frentes nada convenientes y que como en líneas anteriores se señaló, no logra o no quiere dimensionar.

En la semana que inicia, seguramente López Obrador le enviará otra carta al presidente de China, Xi Jinping, porque se supone que ya tiene las pruebas que demostrarían que el fentanilo proviene de China.

Por otra parte, con ese mismo tema, el del fentanilo, el de Tepetitán se confrontará con la administración del presidente Joe Biden, así como a las diversas solicitudes del gobierno del vecino país del norte, para venir ni más ni menos que por los hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán, que han reforzado al cartel de Sinaloa.

Mucho se ha venido comentando en los círculos políticos, que López Obrador no ha tenido empacho alguno en defender a “los Chapitos”, escudándose en el tema de la defensa de la soberanía y que no somos colonia de Estados Unidos.

Lo que viene es lo peor, porque la administración Biden podría imponer una serie de aranceles dada la resistencia de Palacio Nacional a entregar a los hijos del “Chapo” Guzmán, mientras que por su parte, el gobierno Chino podría, simplemente, retirar los trenes del Metro que son de su manufactura.

Si de por sí, esta errada y llamada cuarta transformación se ha dedicado a ahuyentar inversiones.

MUNICIONES

*** Hoy, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene previsto debatir en torno al desafortunado Plan “B” de López Obrador y el proyecto presentado por el ministro Alberto Pérez Dayán y todo indicaría que se invalidará la anulación  del proceso legislativo que aprobó dicho Plan B electoral que, considera el ponente, presenta importantes vicios de procedimiento legislativo. Bueno, pues la Consejería de la Presidencia de la República que encabeza, por cierto, la porrista de eventos públicos número uno de esta errada y llamada cuarta transformación, María Estela Ríos González, señaló que la Suprema Corte “no debe restringir las atribuciones que la norma fundamental concede al Poder Legislativo para regular el trámite de elaboración de las normas, siempre y cuando sean resultado de la voluntad mayoritaria de los integrantes del Congreso de la Unión” y agrega que “de hacerlo, violará el principio de división de poderes y el equilibrio que debe existir entre estos». O sea, la Consejería Jurídica de la presidencia argumenta que hay intromisión de la corte en el Congreso de la Unión. Aquí, bien valdría la pena preguntar: ¿qué acaso a diario no invade otros poderes el presidente López Obrador?

*** ¿Será una “prueba de fuego” para “corcholatos” y “corcholatas” morenistas que acudan a Cohuila a apoyar al candidato oficalista al gobierno de ese estado, Armando Guadiana Tijerina? Se supone que la instrucción viene directo de Palacio Nacional.

*** Por cierto, el presidente retomó su gira por tierras yucatecas para supervisar el Tren Maya, sí, ese que cada día que pasa, hace evidentes sus muchas fallas y omisiones, pero como el tabasqueño ya dijo que lo va a inaugurar en el mes de diciembre “contra viento y marea”, pues  no importa que el Ejército lo entregue aunque sea todo parchado y con tramos inconclusos, dilapidando la selva. El Ejecutivo de paso presumió que está bien luego del contratiempo que tuvo la semana pasada. Esta vez se tomó fotografías con las gobernadoras de Campeche, Layda Sansores y de Quintana Roo, Mara Lezama y no dejó de llamar la atención que el propio López Obrador se echara porras a sí mismo, cuando dijo aquello de que: “La obra, muy pronto, estará en funcionamiento y traerá grandes beneficios al Sur -Sureste gracias a la mirada de un líder visionario y que quiere a su pueblo». No, pues sí.

morcora@gmail.com