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Casi en ninguna o en muy pocas sesiones del Congreso de la Unión, han salido tantos yu tantos “trapitos al sol” sin fecha de caducidad, que volaban de una bancada a otra, como en la que se llevó a cabo ayer para discutir la controvertida iniciativa para que permanezcan las Fuerzas Armadas colaborando en labores de combate a la inseguridad hasta el 2028. Sí, esa que a juicio del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal, ya no tiene nada que ver con lo que se dio en llamar la “ley Alito”. “Ya es otra cosa totalmente diferente, ya no tiene nada que ver Alito (Moreno Cárdenas)”, a quien hasta un saludo le envió el zacatecano, que tuvo un día sumamente intenso y complicado, en el que corrió de una reunión a otra y como si fuera entrenador de futbol, se resistía a revelar, -al filo de las dos de la tarde-, cuáles eran los números que traía para conseguir la mayoría calificada  y aprobar así un dictamen que diez días antes, sin pena ni gloria, había tenido que regresar a Comisiones y de regreso, Monreal calculó entre cinco y seis horas de discusión.

Sin embargo, lo que llamó significativamente la atención, es que en el gustadísimo “stand-up” mañanero de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador declarara que va a insistir en enviar, -si es el caso- una nueva propuesta sobre este tema; como si no confiara en que el senador Monreal Avila, con todas sus habilidades políticas, pudiera sacar adelante la referida iniciativa o bien, quisiera ahondar la distancia entre él y el legislador zacatecano.

Ya en la complicada sesión, la discusión se centró entre las mujeres de las fracciones parlamentarias del PAN y Morena aunque, vale la pena acotar, el coordinador de la fracción parlamentaria albiazul, Julen Rementería, ya había dicho que tanto él como sus senadores, votarían en contra de esta iniciativa porque en la parte de acotar al gabinete de seguridad y obligarlo a comparecer y rendir informes, en los detalles no se especificaba cuál sería el formato, de tal suerte que todo se quedaba en promesas.

La senadora Lilly Téllez, fue la primera en desenvainar la espada y se trenzó en un ácido enfrentamiento entre ella y las legisladoras del partido oficial. La siempre distinguida y refinada Lucía Trasviña, la confrontó en plena sesión y no obstante que hasta muchas cuestiones personales igualmente salieron a relucir, el debate legislativo giró en torno a una adenda en la que se establece que: “A partir del ejercicio fiscal 2023, el Ejecutivo Federal establecerá un fondo permanente de apoyo a las entidades federativas y municipios destinado al fortalecimiento de sus instituciones de seguridad pública”. O sea, estamos hablando de dineros, de recursos.

Y es en este punto donde al parecer, le “pisan callos” ni más ni menos que al inquilino de Palacio Nacional, pues con eso de que está tan dedicado en recolectar fondos para las campañas, las del 2023 y las del 2024 y en nombre de su llamada “pobreza franciscana” no quiere soltar nada.

Ricardo Monreal continuó todo el día en lo que se volvió un muy tenso cabildeo en el que señaló: “No hay razón, no hay razón. O sea, les aceptamos todo; por eso, algunos que no quieren dar su brazo a torcer, dicen ‘bueno, abstención’. Es que está todo», sin embargo, no pudo conseguir que los senadores panistas se doblaran; “no nos han dado nada”, dijo el coordinador Rementería del Puerto. Esto, mientras que en la bancada de Movimiento Ciudadano, al parecer, estaban aflojando la resistencia.

Retomando el debate entre las senadoras, Lilly Téllez se lanzó durísimo saludando a sus excorreligionarios a la voz de “buenas tardes corruptos… lo que AMLO quiere es zafare de sus muertos”.

Bueno, tantas cosas salieron a relucir que como que no venían al caso, que si por algún momento los morenistas supusieron que tenía a su favor el voto de la senadora Claudia Ruiz Massieu, todo lo echó a perder el senador Félix Salgado Macedonio, quien afirmó que el culpable del asesinato de José Francisco Ruiz Masseiu, que se conmemoró el pasado 28 de septiembre, era el expresidente Carlos Salinas a quien también señaló como el orquestador del asesinato del excandidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio. La senadora Ruíz Massieu contestó que no permitiría que un legislador de la ínfima talla de Salgado, se metiera con su familia.

A lo largo de los calores de la encendida sesión, fue la propia senadora Ruiz Massieu, la que adelantó que la mayoría de su bancada, la del PRI, votarían a favor de la propuesta modificada y se lamentó de ello. Específicamente señaló que: “… muchos de ustedes compañeros, incluidos algunos de Morena y sus aliados, en privado rechazan la militarización, pero en público se sienten obligados, por múltiples razones, a apoyarla”.

Todo indicaba a esas alturas del debate, que el denominado Bloque de Contención se fracturaba irremediablemente. El coordinador de la fracción parlamentaria del PRD, Miguel Angel Mancera, anunciaba su voto a favor porque “no se puede mandar a las Fuerzas Armadas a combatir si no tienen un soporte y un marco jurídico”.

MUNICIONES

*** Y si bien el presidente se ha obstinado en minimizar el “hackeo” de Guacamaya y aseguró que no emprenderá ninguna acción legal en contra de este grupo, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, diputados de Movimiento Ciudadano y del PAN, demandaron que la Secretaría de la Defensa Nacional, a cargo de Luis Crescencio Sandoval, de por lo menos alguna explicación de por qué se dio este “hackeo”. Con eso de que a diario se da a conocer más información sobre todo el poder que les ha otorgado el inquilino de Palacio Nacional. Ahora, a López Obrador no le quedó más remedio que reconocer que hasta su propia línea aérea tendrá el Ejército. Pero el nombre de “Mexicana”, que propone el tabasqueño, recuerda más al de la aerolínea que entró en quiebra hace ya muchos años y cuyos trabajadores recientemente, fueron expulsados del Aeropuerto “Benito Juárez”. Poca imaginación la del presidente, que, en el pasado, hasta nombre le puso a la vacuna mexicana contra el Covid-19 que ni existe, “Patria” y esto porque es un problema de incapacidad de esta errada y llamada cuarta transformación. Y se reitera, no puede ser una casualidad que al general secretario de la Defensa Nacional, se la haya visto tan, pero tan alejado de Palacio Nacional.

*** En medio de esa “paz social” en la que dice López Obrador, vive el país, ayer se registraron dos amenazas de bomba. Una de ellas en Perisur y la otra, en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Coyoacán.

morcora@gmail.com