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Si ben en México el fenómeno inflacionario se está revirtiendo, en muchos países sigue avanzando, amenazando con transferir al mundo, otra vez, el incremento de precios que se inició con el fin de la pandemia y la guerra Rusia-Ucrania. Hace dos semanas, el Banco de Australia y el Banco Central de Canadá volvieron a subir las tasas de interés, en contra de lo previsto por el mercado y después de haber hecho una pausa de varios meses ante la evidencia de que los precios seguían sin estar bajo control.

De acuerdo con analistas de CIBanco, esa decisión fue un anticipo del mensaje que anunció la Fed estadounidense días después: ha renunciado en junio a un nuevo incremento de las tasas, pero avanzando, a cambio, dos alzas más en lo que queda de año y en las que ha insistido Jerome Powell ante el congreso en su testimonio semi-anual de política monetaria.

En efecto, la semana pasada cuatro bancos centrales decidieron subir sus respectivas tasas de interés, en varios casos sorprendiendo con magnitudes por arriba de lo esperado. Dos razones están detrás de estos recientes anuncios sorpresivos por parte de los bancos centrales en el mundo: por un lado, la inflación continúa sin dar tregua o al menos las bajas en términos anuales no están siendo continuas; y después de los errores de los principales bancos centrales de catalogar la inflación como un fenómeno transitorio, las distintas autoridades buscan recobrar su prestigio y credibilidad. En ese sentido, al emprender una carrera precipitada de alzas continuas en la tasa de interés para buscar contener el aumento de precios, corren el riesgo de provocar una recesión.

Por supuesto, lograr un balance adecuado entre control de inflación y “aterrizaje suave” de la economía no es una tarea fácil. Incluso la evidencia empírica demuestra que generalmente se falle en lograrlo. Por eso, ante las señales de remisión de los precios, los bancos centrales han reducido el ritmo de incrementos de tasas y en algunos casos han realizado pausas. Sin embargo, el problema de la inflación es que los riesgos al alza no han desaparecido, incluido los conocidos como efectos de segundo orden pueden presentarse en cualquier momento.

Preocupa a empresarios el asalto y robo de electrodométicos, en carreteras.

De acuerdo a datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el incremento de robo y asalto a transportistas por parte del crimen organizado en el país ha aumentado casi en un 12% más con respecto al año anterior, pues hasta esta mitad de 2023 hay más de 3,947 carpetas de investigación por este delito, mientras que en 2022 sólo se registraron 3,539, siendo las grandes marcas de electrodomésticos, farmacia, construcción y abarrotes los sectores más afectados.

Cifras recabadas por INEGI han determinado que la pérdida económica diaria por este tipo de robo contra las empresas en territorio nacional es de más de 17 millones de pesos, pues en promedio cada 45 minutos ocurre un delito de esas características en las carreteras principales de México, aunque hay  más zonas de alta peligrosidad en donde la falta de vigilancia o colusión de los mismos cuerpos policíacos estatales han robustecido el problema.

Entre las carreteras más peligrosas para el sector del autotransporte se encuentran las del Estado de México con 1,749 casos, Puebla (1107) y Michoacán (319), pero es en el estado vecino de Tlaxcala donde el delito ha superado la capacidad de reacción de las autoridades y comienza a ser un “Talón de Aquiles” para la industria de aparatos electrónicos, enseres y electrodomésticos.

Los mercados mundiales, no hay duda, están apuntando a México.

Al respecto, TMSourcing, la firma liderada por Adolfo González Olhovich, nos dice:

  1. Los activos estimados en el mercado de banca privada en el mundo se estiman en $463 billones de dólares americanos, de los cuales $12 están en LATAM y nuestros socios comerciales tienen $158 en Norte América si México capta el 5% mercado mundial implicaría cuatriplicar este mercado en nuestro país.
  2. De los estudios que hemos revisado para atender el nearshoring, México necesitará duplicar su capacidad industrial inmobiliaria, lo que también trae consigo la inversión en infraestructura y por lo menos unas 50 comunidades, pequeñas ciudades o subcentros urbanos donde vivirán los empleados y familias de los colaboradores de dichos centros.
  3. Por último, en la CDMX y en el Estado de México hay alrededor de 1,350,000 PYMES, que crean un ecosistema y una capacidad instalada que pocas ciudades en el mundo tienen. Apuntalando con proyectos como el de PYME + Alta Calidad que está realizando SEDECO CDMX, BIVA, COPARMEX CDMX y TMSourcing se logrará que este segmento empresarial necesite crédito y capital de riesgo para poder capacitarse, institucionalizarse y llevar a cabo buenas prácticas para atender el mercado mexicano, el incremento de nearshoring y el crecimiento de sus propios nichos de negocio.

loscapitales@yahoo.com.mx

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