El gobernador de Nuevo León, Samuel García parece que se sumó, al 100 por ciento al equipo de golpeadores del Presidente López Obrador contra la oposición.
El jueves, tuvieron que salir los líderes del Frente Amplio por México, Alejandro Moreno “Alito”, Marko Cortés y Jesús Zambrano para reclamarle los agravios contra sus legisladores y alcaldes de ese estado.
Que don Samuel anda con esas viejas prácticas de querer comprar, por las buenas o por las malas a los diputados de la oposición para poder tener el Congreso a modo.
En esa ruta de presiones, las advertencias o amenazas subieron de tono hasta con asfixiarlos finacieramente a los alcaldes del PRI, PAN y PRD que no se quieran alinear a su gobierno.
En síntesis, la denuncia es que les está haciendo la vida de cuadritos y, a como se ven las cosas no los va a soltar, pues basta conocer el tema del priista, el ex alcalde de Guadalupe, Francisco Cienfuegos que lo quiere meter a la cárcel por ser el más crítico y más incómodo políticamente hablando.
Las acusaciones contra el priista del gobernador, es lavado de dinero, facturación a empresas fantasma, entre otros.
Cienfuegos sabe que es una campaña contra la oposición y sin temor a equivocarse avalada por el propio Presidente López Obrador, pues la idea es jalar a Samuel como representante de Movimiento Ciudadano para generar un pleito a navaja limpia con los priistas, panistas y perredistas y evitar que su propietario Dante Delgado se afloje y se pueda aliar en el 2024.
Los dirigentes nacionales del PAN, PRI y PRD, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, denunciaron, condenaron y exigieron poner un alto de inmediato a la campaña de terrorismo político, intimidación y chantajes que ha emprendido el gobernador de Nuevo León, Samuel García, en contra de legisladores, presidentes municipales y líderes opositores.
Para el perredista Jesús Zambrano, les reconoció la valentía, arrojo y determinación de los funcionarios de las alcaldías y las y los diputados locales opositores por denunciarlo, pues dan la cara. Calificó que es una campaña de estado de terror, que están viviendo.
Ahora en este nuevo pleito que se suma Don Samuel a los morenistas, contra la oposición, le atizaron que es aprendiz de tirano. Y, Alito lo tacho como dictador y reyezuelo, y obviamente le adelantó que lo denunciaran por la vía judicial por los actos de intimidación contra la oposición en un intento por querer tener su Congreso a modo.
Dicen los que saben, que la idea d este nuevo pleito, es porque el Presidente López Obrador lo quiere ver en la boleta como candidato Presidencial en el 2024, esa figura lleva la jiribilla, primero de evitar una posible alianza de MC con el Frente y, dos, que con su candidatura frene la llegada de Ebrard y al mismo tiempo le quite votos a Xóchitl Gálvez, la candidata incomoda de Palacio Nacional.
Vamos a ver si dejan pasar a Don Samuel, porque con la salida de Enrique Alfaro, sin duda, el partido naranja se desfondará en un 60 por ciento. El pleito apenas comienza.
REVERSA A DEMOLER CASA DE XOCHITL
Le comenté que el retarlos de Xóchitl Gálvez al gobierno de López Obrador para que demolieran su casa que pidieron en el partido de Morena los queda bien, provocó que Don Andrés saliera en su mañanera apagar el fuego y casi casi por decreto darle reversa y prohibirles que no hagan nada a esas voces que andan azuzando para derrumbar con palos y martillos la propiedad de la Presidencial.
Era más que obvio que hacerlo le daría otro boom de aceptación electoral a la Presidencial, pues han sido los yerros de Palacio Nacional los que llevaron, en tiempo récord subirla como la inminente candidata del PRI, PAN y PRD. Y si se descuida Dante, también se va por el partido naranja.
Esas burradas de algunos morenistas que no dejan de lado su ADN porril y rijoso les ha salido muy caro al Presidente.
Ahora no pierda de vista a Doña Xóchitl porque puede apostar que capitalizará el que la gente le haya abierto sus puertas de sus casas y si decide ir a dormir o tan solo pasar unos minutos en el interior con esas familias, será, sin duda un severo golpe electoral al Presidente en algo así, como una probadita de su propio chocolate.