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El gobernador de Yucatán, Mauricio Vila llegó ayer en la blanca Mérida, para ofrecer su quinto informe de gobierno.

Fue, en todo su sexenio una de las cartas fuertes presumir que la blanca Mérida era la más segura del país, no era casualidad, pues así la recibió de sus pasados sexenios, tanto del PRI como del PAN.

Esa seguridad de la blanca Mérida, la adoptó como uno de sus logros, incluso extendida a todo el terreno del estado, para abanderarla en la búsqueda de la candidatura Presidencial por el PAN de Marko Cortés y con el respaldo del PRI de ALEJANDRO Moreno “Alito” y PRD de Jesús Zambrano.

Traía muchos compromisos negativos a sus espaldas y difícilmente lo podrían dejar pasar, Vila lo sabía, hay en su pasado  cuentas de contratos, como alcalde de Mérida, las acusaciones que comprometió, presuntamente millonadas a través de facturas fantasmas, de esas que se pagaban sin la existencia de las empresas.

Sin embargo, ante la negativa de perder antes de competir, le salió la rebeldía y dejó correr que estaba con un pie en Morena, que mantenía buena amistad con el Presidente y Yucatán estaba mejor que nunca.

Enfrente los morenistas apostaban que podría hacer Vila con el ahora candidato de Morena, Guacho Díaz, un paso de estafeta o entrega del estado como ocurrió con algunos gobernadores priistas, el estado de México el más reciente con Alfredo del Mazo.

La alianza de opositores, prendieron focos rojos y atajaron al gobernador rebelde que no quería que el candidato a sucederlo fuera el entonces alcalde de Mérida, Renán Barrera que hoy va que vuela para ganar las próximas elecciones.

Como premio de consolación, una vez que le leyeron la cartilla en voz del líder nacional, Marko Cortés, porque se oponía que fueran panistas en alianza con priistas, le ofrecieron un escaño en la Cámara Alta.

A regañadientes aceptó, sin la mayoría de propuestas que antepuso a cambio, pues entre ellas pedía designar los diputados del Congreso local y algunos municipios. Le accedieron en algunas posiciones, pero no todas, los priistas están en el juego.

Por eso, la noticia del INEGI de las ciudades más seguras, llegó como una buena noticia al ex alcalde de Benito Juárez, en la Ciudad de México, Santiago Taboada porque, para nadie es secreto que es de las que benefician altamente a quienes fueron sus gobernados.

Que esa alcaldía es la más segura del país y desplazó a la blanca Mérida que se fue la cuarta posición, de acuerdo con el INEGI.

Esa noticia, sin duda es una carambola de tres bandas, como cite, primero contra el gobernador Vila y de paso a la ex jefa de gobierno de la CDMX y Presidencial, Claudia Sheinbaum porque va que vuela en arrebatarle a Morena y sus aliados el gobierno de la CDMX.

En el 2021 los opositores se recuperaron de la aplastada que les atizó López Obrador en 2018, al quitarles el gobierno federal, el Congreso de la Unión y una paliza en la Ciudad de México.

 Los tiempos cambian en con la llegada de Alito y Marko Cortés, se signaron alianzas y les resultó, en esas intermedias le ganaron a Sheinbaum 9 de las 16 alcaldías y hoy ese escenario está propicio para que Taboada les gane la elección con un prematuro carro completo en la capital.

El efecto puede lograr que se gane también, en la CDMX la fórmula al Senado de la república que hoy preside la morenista, Ana Lilia Rivera y los Distritos federales para la Cámara de Diputados que hoy conduce la priista Marcela Guerra. Cabe destacar que ambas presidencias, se clasifican con un alto grado de aceptación en el desempeño de sus funciones.

Por eso, el INEGI, sin querer le dio un espaldarazo a Santiago Taboada y un bajón a Mauricio Vila para que deje de andar presumiendo si no sabe como andan los números; y segundo, a Sheinbaum que, aunque va de Presidencial, la Ciudad de México sin duda la perderá, y de no fallar los pronósticos, será sin duda un severo descalabro para su gobierno.

Jachavez77@yahoo.com