Tatiana encabeza legisladores contra ampliación de mandato en BC
Y mientras el doctor en Derecho (porque así se promociona), Amador Rodríguez Lozano, hace esfuerzos denodados para que su chamba le dure cinco años y no dos, en la Cámara de Diputados le propinaron un nuevo revés al futuro secretario de Gobierno del gobernador electo de Baja California, Jaime Bonilla y eso les dolió muchísimo, tanto a uno como a otro.
Resulta que en el Palacio Legislativo de San Lázaro, un grupo de legisladores encabezados ni más ni menos que por la diputada morenista Tatiana Clouthier, presentó un Punto de Acuerdo en contra de la burda maniobra que hiciera el Congreso bajacaliforniano para extender el mandato de Bonilla, quien tomará posesión el primer día de noviembre.
Los diputados consideraron “un atentado a la democracia” esta arbitrariedad que afecta significativamente a la ciudadanía del estado que, -no está de más subrayarlo-, votó por una gestión de dos años.
No deja de llamar la atención la actitud de la diputada Clouthier, que hasta se trenzó en un pleito con su correligionaria, la senadora de Morena, Citlalli Hernández, aquella que por cierto se hizo famosa por un atentado que sufrió con un supuesto libro bomba, o algo así, quien como integrante distinguida (sobre todo eso, distinguida) de la llamada cuarta transformación se apertrechó en sus redes para defender a “sangre y fuego” a ésta.
Con un “Estimada Tatiana” de entrada, la senadora Hernández le explicó a su correligionaria: “En Morena tampoco estamos de acuerdo con lo acontecido en Baja California… No le hagamos el juegoa quienes aprovechan todo para golpear a la 4T”.
A su vez, Clouthier respondió por la misma vía: “NO hay juego, sino fortaleza y postura unida contra congreso”.
No es la primera vez que la diputada por Nuevo León se pronuncia en contra de una decisión de sus propios correligionarios. Incluso, ha hecho propuestas interesantes como aquella que de manera conjunta con el coordinador de su bancada en San Lázaro, Mario Martín Delgado planteó para reducir en 50 por ciento el presupuesto anual que se le otorga a los diferentes partidos políticos.
Tampoco hay que olvidar cuando Clouthier Carrillo se abstuvo en la votación para la conformación de la Guardia Nacional; de hecho, estuvo de acuerdo con quienes sostenían la posición de que la GN no era más que la militarización del país y hasta sostuvo que eso no era lo que se había ofrecido en la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Como se recordará, ante estas declaraciones de su excoordinadora de campaña, el presidente levantó la ceja y envió a combate ni más ni menos que a la líder de Morena, Yeidckol Polevnsky.
Por otro lado, hay que señalar que Tatiana Clouthier también es una férrea defensora de la llamada cuarta transformación. De la aún reciente renuncia de Carlos Manuel Urzúa a la secretaría de Hacienda, opinó que la salida del exresponsable de las finanzas públicas, “fue cobarde e irresponsable” y se preguntó por qué había lanzado la piedra y escondido la mano. ¿Será?
En fin, con todos sus pros y contras, -según se vea-, la diputada Clouthier goza de gran popularidad por haber sido una artífice para que López Obrador llegara a la presidencia de la República; sin embargo, está considerada dentro del ala moderada de ese instituto político
MUNICIONES
*** El pasado 16 de julio, festejó su cumpleaños Olga María del Carmen Sánchez-Cordero Dávila de García Villegas y seguramente nunca imaginó, -o a lo mejor sí-, que lo celebraría ocupando los cargos más importantes de los tres Poderes de la Unión, pues es ministra en retiro de la SCJN; senadora de la República con licencia y su suplente, Jesusa Rodríguez, por cierto, no tiene ni remotamente las cartas credenciales de apellidos y abolengo que la titular de la Segob. Además, Sánchez cordero es titular de la Secretaría de Gobernació, razón por la que, como lo afirmara quien le entregó la estafeta de dicha dependencia, Alfonso Navarrete Prida, ella solita encarna los tres Poderes federales y no hay otra mujer que lo haya podido conseguir en la historia.
*** Pues nada, que la calificadora Moody’s, no está nada a gusto con el Plan de Negocios para Pemex, presentado por López Obrador y su flamante director de Pemex, que por fin habló, Octavio Romero Oropeza. Para Moody’s, el gobierno debe incrementar su apoyo financiero a la paraestatal en función de que el que anuncio, de plano es insuficiente. Además, la calificadora estimó de muy ambiciosas sus metas anuales de producción de hidrocarburos, amén de que conlleva un alto riesgo en las finanzas nacionales. Bueno, el presidente siempre tiene “otros datos”.
*** Sobre el llamado que “a tres voces” hizo el jefe del Ejecutivo, acompañado por sus coordinadores en el Congreso, Mario Martín Delgado y Ricardo Monreal Avila, para que finalmente se concrete aquello de que nadie puede ganar más que el presidente, hay que recordar que los especialistas consideran que no es el presidente el que debe fijar el sueldo del Ejecutivo, sino la Cámara de Diputados y lo debe de hacer además, con un criterio claro. ¿Cuántos no se han preguntado en base a qué el tabasqueño determinó que su sueldo es 108 mil pesos?, de seguro se le ocurrió.
*** Y abundando sobre el tema de Baja California, la diputada priísta Dulce María Sauri Riancho, resumió en una excelente frase lo que ocurre en esa entidad: “Pasiones y compromisos políticos han desatado demonios que suponíamos conjurados por el desarrollo de la democracia”. Añadió que La reducción del plazo gubernamental de 6 a 2 años, no fue una innovación exclusiva de Baja California, o un capricho, como esos que tanto vemos en la actualidad. Se trató de que numerosos estados, a raíz de las reformas electorales de 2014, decidieron ajustar sus calendarios para coincidir con los plazos federales cada tres años. Así, las nuevas fechas electorales las señalaron las autoridades locales con sobrada antelación, de tal manera que cuando las y los ciudadanos fueran a votar, sabrían exactamente si elegían por 2, 3 o 5 años a sus gobernantes. Esto último es algo de lo que a lo mejor no se ha enterado el presidente López Obrador, ¿o sí?