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El cambio en el trazo del Tren Maya -que ahora correrá de Mérida a Cancún conforme al plan original- significa un cambio positivo en la visión presidencial: se da entrada a los modelos de Asociación Pública Privada que en términos ideológicos no habrán gustado a Andrés Manuel López Obrador, pero que bien diseñados e instrumentados, permitirán ejecutar en tiempo y forma una de las obras emblemáticas de este sexenio.

Pero también la aceptación de las APP´s envía una señal que estimula la participación de los particulares, señales que fuera de los discursos han sido más bien pocas e inconexas. Vaya, el nuevo trazo implica aprovechar la concesión de la autopista con la que ya cuenta ICA, que dirige Guadalupe Phillips, y por tanto la participación de esa compañía (y se antoja que formando un consorcio de talla internacional) para ejecutar ese tramo. Claro, para ello la SHCP que lleva Arturo Herrera y la SCT de Javier Jiménez Espriú tendrán que trabajar tiempos extras para culminar las adecuaciones a esa concesión.

Otra señal importante -de esas que urgen ahora que estamos a la puerta de la “tormenta perfecta” pero que abre oportunidades por el bajo costo del dinero- en la APP en la que participa como socio estratégico el fondo de inversión BlackRock que lleva Laurence Fink, dispuesto a desarrollar el tramo Cancún-Tulum mediante un diseño innovador para aliviar pesador tráfico vehicular en la Riviera Maya y coadyubar al reordenamiento urbano de la zona.

Y siendo el Aeropuerto Internacional de Cancún, de Grupo Asur que encabeza Fernando Chico Pardo, se abre la oportunidad de nuevos desarrollos de servicios comerciales, urbanísticos y de movilidad en torno a la terminal aérea.

Otro aspecto no menos importante del nuevo trazo es que también es el reconocimiento expreso por parte de Fonatur, que comanda Rogelio Jiménez Ponds que el trazo hacia Tulum significaría importantes complicaciones ambientales por el tipo de suelo, biodiversidad así como arqueológica que, amen de los usuales complicaciones por los derechos de vía, podrían rezagar innecesariamente la ejecución de un proyecto que urge al sureste mexicano.

Cambiar es de sabios.

¿Aprehendió la CFE?

Hablando de cambios positivos, parece que algo positivo está sucediendo en las filas de Manuel Bartlett. No es como para soltar las campanas al vuelo, pero podrían inclinar la balanza hacia una postura más pragmática y menos ideológica en materia eléctrica. Y es que luego del encontronazo con los constructores de gasoductos, la división CFE Energía ha mejorado la interlocución con sus proveedores y aliados en cuanto diseño de proyectos. Claro, que aún persiste al interior de esa compañía la aspiración de ejecutar todos los planes con recursos públicos… pero la terca realidad les obliga a mirar cada vez más a las oportunidades con el sector privado que ha presentado el jefe de gabinete económico Alfonso Romo. ¿Será posible tanta belleza?

Chihuahua estrena con Luomo

Esta semana el gobierno de Javier Corral recibió 395 nuevos vehículos de seguridad pública para los patrullajes y acciones directas en sus 67 municipios. El costo fue de 236 millones de pesos en una especie de renta a 20 meses provista por Luomo Financiera del Centro de Luis Montaño, que le permitió a Chihuahua contar con equipamiento nuevo sin necesidad de invertir en activos fijos generando ahorros en mantenimiento y reposición. Una solución para las entidades -todas- que padecen astringencia presupuestal.

Banorte adelgaza comisiones

Y con la finalidad de ponerse guapa, la institución que dirige Carlos Hank González anuncia que disminuyo en 33.4% el número de comisiones que cobra por servicios a sus clientes, quedando aún con un catálogo de 1,329 comisiones aplicables… pero el compromiso del banco dirigido por Marco Ramírez es en 6 meses tener sólo 300 comisiones y llevar muchas de ellas al precio “cero” a través de sus plataformas digitales. El banco fuerte y esbelto de México.

mflores37@yahoo.es

@mfloresarellano