Compartir

En tiempo en que los habitantes de occidente se entregan de brazos a líderes mesiánicos que les prometen que todos sus dolores serán aliviados por un gobierno generoso a cambio de sólo entregarle su voluntad como individuo, resulta  valeroso invertir en la formación de una Universidad cuyo eje es la forja de líderes con perfil liberal a contracorriente de las tendencias intelectuales también entregadas al leviatán del estatismo. El aporte de la Universidad de La Libertad, formada por Ricardo Salinas Pliego y su familia, rendirá frutos en el mediano y largo plazo… pero desde ayer, cuando empezaron sus cursos, se encendió un baluarte en la lucha por las ideas.

Al poniente de la Ciudad de México se desarrolló un edificio con 12 mil metros cuadrados de áreas de estudio, reflexión y convivencia donde se pondrán en práctica esquemas novedosos donde la Universidad -la escuela- deja de ser una prisión ni física ni intelectual y se convierte en una guía donde los estudiantes son libres de trazar su propia ruta y ritmo con programas flexibles y personalizados. Esto, junto con el enfoque phygital, se toma lo mejor de la interacción presencial y digital a fin de generar experiencias inmersivas para el desarrollo de habilidades para un cambiante, sorpresivo y global del mercado laboral.

El rector de la Universidad de la Libertad, Jorge Díaz Cuervo, en el campus diseñado por el estudio de la artista Rosan Bosch, inició el proyecto en un espacio propicio a la creatividad al debate y aprender en base al principio ilustrador por excelencia: la libertad.

Profesores de la talla de Axel Kaiser u Oscar Rivas, así como expositores internacionales apuntalarán las tres diferentes opciones de expansión profesional: Licenciatura en Innovación y Negocios; Experiencias de Conocimiento de Alto Impacto para creación de liderazgos con habilidades de comunicación; y cursos enfocados a administración, finanzas y cultura para detonar resultados en tres meses.

Inician 92 jóvenes audaces -varios egresados de Plantel Azteca- en este sinuoso, arriesgado pero siempre gratificante camino de libertad.

Acuerdo para no jeringar

Tres eventos simultáneos el día de ayer para la industria de la aviación: 1) se prorroga hasta el 8 de enero próximo la reducción a 43 operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, esto a fin de que no haya odiosas cancelaciones de vuelos en plenas fiestas decembrinas por parte de las aerolíneas afectadas por una disminución de 20% (en base a un estudio chafa del SENEAM, ahora a cargo de Javier Vega Dour, comentado en esta columna) que hagan la vida difícil a los viajeros. ¿Después? Quien sabe, por que la voluntad última de Andrés Manuel López Obrador es que 10 millones de pasajeros se vayan voluntariamente a fuerzas a volar por el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

2) Para dejar de estar bajo la metralla diaria de López Obrador, de que no quieren apoyar a la cuatroté (máxime que ahí se acantona un enemigo mortal de este amoroso régimen, el empresario lechero Eduardo Tricio), Aeroméxico aumenta hasta 40% su actividad con la oferta de hasta 120 mil asientos mensuales -a partir de septiembre- en rutas como Acapulco, Cancún, Guadalajara, Houston, Monterrey; y otras desde noviembre como Durango, Colima, Oaxaca y Puerto Vallarta.

Y cómo reconoce el director del AIFA, el general Isidoro Pastor, Aeromexico que dirige Andrés Conesa efectúa 50% de los vuelos que se llevan a cabo en ese aeropuerto.

Claro, por supuesto tendrán que evaluar en qué ruta pierde o ganan dinero.

3) Como se adelantó aquí, nuevamente se rechaza la Categoría 1 para la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Una reunión amable con el secretario estadounidense de transporte, Pete Buttigieg, para señarle al titular de la AFAC que siguen en Categoría 2… y cómo diría Don Teofilito, ahí seguirá. La decisión fue política y abarca decisiones inexplicablemente obtusas de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Rogelio Ramírez de la O, para apuntalar presupuestalmente a la autoridad e infraestructura pública.

México sin dolor

Pues esta semana celebró 25 años de presencia en México la firma alemana Grünenthal, cuya especialidad es el desarrollo y producción de medicamentos enfocados a contener el dolor. Encabezada a nivel mundial por Gabriel Baertschi, la compañía genera soluciones médicas para atender y mitigar las dolencias de los pacientes que, desafortunadamente en nuestro país, suelen ser confundidas como “efectos colaterales” de alguna enfermedad… cuando el dolor en sí mismo, es una enfermedad. El director en México, Rogelio Ambrosi, lo resumen de manera contundente y cierta: “no es lo mismo morir con dolor que morir de dolor”.

Una labor enorme a quien le toque presidir México, ya sea Xóchitl Gálvez o Claudia Sheinbaum, enfilar al sistema público de salud hacia la mitigación del dolor.

@mfloresarellano

floresarellanomauricio@gmail.com