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Más de un millón de muertos por Covid-19 por la negligencia; los niños enfermos de cáncer golpistas; la escasez de medicinas; la eliminación de las estancias infantiles; la corrupción de los hijos de López Obrador; 50 millones de mexicanos sin acceso a los servicios de salud; el cinismo con las víctimas de Acapulco.

   ¿Dónde quedaron todos esos temas que los mexicanos reclaman y que Xóchitl Gálvez no tocó o lo hizo a medias, sin contundencia, sin claridad, ante una Claudia Sheinbaum, déspota y a la deriva?

  ¿Por qué no lo hizo?

  Xóchitl no ha entendido que esa es su fortaleza, pero no con señalamientos chuscos, entrecortados

 o producto de los nervios.

  No.

  La llegada de Max Cortázar a la campaña ciertamente fortaleció a la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por PRI, PAN y PRD, pero cuando quedan sólo dos meses para el 2 de junio, el tiempo se acaba y aún está lejos de lo que los inconformes con López Obrador quieren ver.

   Sí, atacó y consiguió sacar de sus casillas a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, que evitó contestar los temas más espinosos y vergonzosos de su paso por el Zócalo, pero, reitero, le faltó claridad, firmeza, y, por ejemplo, destacar que evadió responder.

   El colegio Rébsamen y los 19 niños y 7 profesores muertos; la caída del Metro por falta de mantenimiento, con 27 muertos, y el

manejo criminal de la epidemia de Covid fueron abordados por la originaria de Hidalgo, pero, reitero, sin fuerza, sin ese espíritu arrollador que debería mostrar.

  Si con 872 mil millones de pesos regalados para comprar votos, con todo el aparato de Estado y con el que cobra como presidente en campaña todos los días atacando y mintiendo Xóchitl tiene posibilidades de triunfo, imagine si se soltara, si la dejaran ser natural, como ha sido siempre, y no atada a una posición y a un personaje que no es.

LOS SPOTS

Max Cortázar debe entender también que se requieren spots más duros, más directos, en los que, ahora, se retomen esos momentos del debate en los que Sheinbaum no supo y no quiso contestar, para exhibirla, para hacer lo que Xóchitl no pudo en el debate.

   La campaña de la senadora con licencia está a tiempo de dar un golpe de timón e ir por ese electorado que cree en ella, pero que no termina de definirse cuando la ve nerviosa y cometiendo errores a la hora de la verdad.

   Ayer circulaba una encuesta al concluir el debate de @MasiveCaller en la que Xóchitl tiene 62 por ciento de las preferencias como ganadora, con un pobre 33 por ciento de Claudia.

  Y esa encuestadora suele ser muy acertada, así que la ex funcionaria del gobierno de Vicente Fox está en la pelea, pero tiene que apretar.

   De Jorge Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano, no hay nada qué decir.

   Su sonrisa más falsa que Sheinbaum y jugando el rol de palero, de esquirol, para evitar que esos cinco puntitos que va a sacar en la elección se vayan para la oposición.

Vámonos: La pelea se mantiene y en la CDMX, Santiago Taboada, de la misma coalición, va a la cabeza. Omar García Harfuch era el gallo, pero @lopezobrador

   Por cierto, ¿ya tiene sus gafas para ver el eclipse de hoy?

     alberto.montoya@diahabil.com.mx         @albermontmex