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Mientras muchos, miles, millones de pacientes sufren por el desabasto de medicamentos… hay quienes, como Zoé Robledo y pandilla que le acompaña, se convierten en archimillonarios.

Dentro del propio IMSS no son pocos quienes sostienen que también su padre y su hermano forman parte de un entramado mafioso “desde afuera” (del Instituto), y hasta no falta quien sostenga que en el sucio negocio hay participación si no del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sí de alguno de sus tres hijos mayores, lo que el escribidor no ha podido confirmar.

De paso, Robledo y cómplices han contribuido a colocar en el más jocoso de los ridículos a la llamada Megafarmacia del Bienestar.

Y es que dicha elefantiásica instalación en Huehuetoca es ya la peor enemiga de la regionalización de compras del IMSS, y de todo el sector Salud, por la colusión existente entre fruncionarios y proveedores, muchos de ellos ligados al ahora prófugo Carlos Treviño –está en Texas, como todos saben–, quien fuera director de Finanzas del Seguro Social y, posteriormente, ascendido a director general de Pemex durante el corrupto sexenio de Enrique Peña Nieto.

Aldo Díaz Pérez, socio o quizá nada más prestanombres de Treviño –directamente o a través de sus familiares, incluyendo a su esposa–, aparece como propietario de las empresas Ethomedical, Arnold & Jelga, Distribuidora Sagitario y, a través de Jonathan Gómez, de Comercializadora Adelfa, Grupo Actipro, Grupo Osherx y PCB Empresarial Monterrey.

Todas estas razones sociales han sido ampliamente beneficiadas por Robledo y su camarilla y/o pandilla, porque “casualmente” son las personas y las empresas que cotidianamente cubren los faltantes en el abasto de medicamentos, en muchos de los casos provocados por los mismos fruncionarios, ya sea por omisión o por comisión.

El modus operandi es sencillo: Pongo una orden de compra a un proveedor, éste entrega tarde o, de plano, no entrega y paga su penalidad; mientras tanto, aprovechando a los proveedores ya mencionados ellos las surten con un muy alto sobrecosto.

En otros casos, no se adjudican claves, que posteriormente son adquiridas en las compras regionales también a costos que cuesta trabajo creer.

Porque ha sido a través de la eliminación de las compras consolidadas a nivel nacional, para sustituirlas por compras regionales, que el esquema gansteril ha operado con fluidez, merced a que son mucho más fáciles de manipular y de entregar a proveedores con los que se tenga un acuerdo.

Más todavía, pues como contrapeso a la Megafarmacia de AMLO, desde hace más de dos años tienen “farmacias” alternas.

Una de ellas se localiza en la capitalina avenida Chapultepec, a espaldas de la sede del Instituto, a donde los beneficiarios tienen que acudir si es que requieren un medicamento, y no como lo anunció el Presidente, quien dijo que se lo entregarían en la unidad médica donde lo atienden o hasta en su domicilio.

Y todo, absolutamente todo lo que entregan ahí, fue adquirido a precios inflados de hasta tres, cinco o más veces su precio de mercado.

¡Así de atascados Zoé y su pandilla!

Calidad moral a raudales

Aldo Díaz Pérez es todo un personaje de baja estofa que sigue los pasos de Carlos Treviño quien es todavía peor.

Sólo para que usted se dé una idea de qué clase de individuos son estos con quienes Zoé Robledo hace negocios, sepa usted que durante la pandemia Treviño ofrecía sedantes, cubrebocas y batas, a precios estratosféricos.

Y sí, claro, el director general del IMSS, a través de las compras descentralizadas, hacía negocio con Treviño.

Éste, tan sólo como ejemplo, también le entró a la venta del entonces muy necesario Propofol, un anestésico ampliamente empleado durante las intubaciones por el Covid, que compraba en 242 pesos y lo revendía al Seguro Social, a través de las compras regionalizadas coordinadas por Borsalino González y Javier Guerrero –actualmente director de Finanzas y director de Operación y Evaluación del IMSS, respectivamente–, entre 1 mil 500 y 3 mil pesos por pieza.

¡Una ganancia sin madre para y por individuos ídem!

Los antecedentes de Aldo Díaz se remontan a la década de los 90 del siglo anterior. Apareció a mediados de esa década, teniendo como principal cliente al IMSS.

Posteriormente actuaba como “la caseta de cobro” en las ventas al SAT, a través del fideicomiso ISOSA, bajo la supuesta protección de Eduardo González y González, primero como presidente del SAT, donde con un grupo de empresas, en ese entonces al igual que hoy, controlaban la venta de equipo de cómputo y comunicaciones en ambas dependencias hacendarias.

Durante el periodo de 1994 a 1999, él fue el responsable de vender una tarjeta para identificar a los derechohabientes del IMSS, y posteriormente, sin aparecer ninguna de sus empresas, a través de National Cash Register o NCR, vendió lo que hoy se conoce como Sistema de Abasto Institucional, un inexistente sistema, que fue adquirido por el Seguro Social sin que éste tuviera la experiencia, pero eso sí con mucha influencia, y del cual Aldo Díaz, junto con su socios, salió millonario y sin responsabilidad, dejando a sus socios tecnológicos embarcados durante cuatro años tratando de desarrollarlo y ponerlo en operación.

Tal sucedió, obviamente, con el apoyo de Jorge Obregón, en ese entonces responsable del Abasto, y de Genaro Borrego, director general, quienes tomaron este proyecto como insignia para solucionar el problema del abasto…

… y 30 años después aún no lo logran, y menos ahora pues resulta sospechoso que, con las políticas de regionalización del abasto de Zoé Robledo, haya sido impuesto el SAI para los institutos de salud de este país: Igual para el IMSS régimen ordinario, como el apellidado Bienestar, y el ISSSTE.

Sin Andy, sin Bobby, sin Amílcar

Díaz Pérez escaló hasta hacerse consentido de Humberto Pedrero, director de Administración y Finanzas y, ahora, de Borsalino González, actual director de Administración.

La constante es que ambos operaron en la Secretaría de Hacienda chiapaneca durante la gubernatura del niñato verde Manuelito Velasco, quien se supone –sólo se supone– esta distanciado de Zoé.

A niveles más bajos, cuenta con el apoyo de Jorge de Anda, coordinador de Abasto; Daniel Ramírez, coordinador Técnico de Administración del Gasto, quienes han provocado escasez de abasto manipulando las fechas de entrega de las órdenes de surtido del sector, y simulando la necesidad de insumos a nivel nacional, lo mismo que acelerando compras de medicamentos y material de curación a altos precios.

Ahora, estos funcionarios tienen en sus manos el famoso SAI, cuyo creador Aldo Díaz llegó a donde quería:  Ser uno de los proveedores de mayor crecimiento en esta administración, sin tener que estar ligado a Andy, Bobby o Amílcar, solamente por méritos propios y con apoyo de fruncionarios del IMSS a cargo de Zoé Robledo

Pero aún hay más, como decía el locutor.

Y de los no pocos fraudes inmobiliarios de Aldo Díaz Pérez… así como de un petrolero –amigo o también socio de Treviño– que empezó a vender insumos al IMSS… de sus ligas con Ignacio Ovalle y René Gavira, en Segalmex… y del asesinato de un vendedor de dulces en la banqueta frontera a un par de edificios de oficinas del Seguro Social le seguiré platicando en próximas entregas.

Indicios

Los “duros” de Morena, encabezados en la capital nacional por Martí Batres y la candidata Clara Brugada, se llevaron un buen descolón por parte de Claudia Sheinbaum, quien al parecer ya hace uso del bastón de mando, y de la dirigencia de su partido. Personajes como César Cravioto y Dolores Padierna que aspiraban a más, fueron postulados a candidaturas para convertirse en diputados federales y ni siquiera en las demarcaciones donde conservan cierta fuerza o cuando menos influencia. Valentina Batres, hermana del jefe de gobierno sustituto, ni siquiera apareció en las listas. Los expertos coinciden: fue una venganza por haber “bajado” al consentido de la candidata presidencial morenista, Omar García Harfuch. de la candidatura que hoy ostenta Brugada. * * * El fallido gobiernito federal está haciendo hasta lo imposible para disfrazar la realidad del país donde priva cada vez más el descontento popular hacia los cuatroteros. En el conflicto de los transportistas, que tomaron carreteras y autopistas este 15 de febrero, funcionarios menores de Gobernación les pidieron no hacer olas sino hasta después de los comicios del 2 de junio y que aguanten los asaltos y los asesinatos de los que son víctimas. Por lo que hace al problema de la escasez en el abasto de agua, AMLO y su vocero Jesús Ramírez niegan que vaya a presentarse un “día cero”… antes de las elecciones, ya después ni ellos saben. También les estalló la huelga en el Nacional Monte de Piedad, porque las autoridades laborales y de política interior hasta alentaron que diera inicio al primer minuto de este jueves. Y así, posponiendo soluciones a conflictos y problemas que nos afectan a los ciudadanos que, amén de contribuyentes, también somos votantes. * * * Un completo despilfarro es el envío de militares al rescate de un personaje prácticamente desconocido que, en su momento, se opuso a la dictadura de Porfirio Díaz. ¿Le suena el nombre de Catarino Erasmo? No. Quizá a muy pocos. Pero por un capricho de AMLO se destinaron recursos humanos y materiales que hacen falta en México para encontrar a decenas de miles de desaparecidos en los últimos años y no hace casi siglo y medio. * * * Por caballerosidad y, principalmente, para dar su lugar a los hijos que procreó con la actriz conocida como Sasha Montenegro fue que don José López Portillo contrajo nupcias con ella. Don Pepe, sin embargo, vivió pocos momentos felices al lado de quien fue su última cónyuge y que, por tal, gozó durante varios años de la pensión que le correspondía como viuda de un ex Presidente, hasta que llegó AMLO y decretó la extinción de esas prestaciones. A los 78 años la dama dejó de existir. * * * Y por hoy es todo. Reconozco que haya llegado hasta el final de este Índice Político y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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